Cuesta aceptarlo: la decisión de Felipe López de retirar la columna de Daniel Coronell es una equivocación que muy seguramente va a afectar la reputación de una revista como SEMANA, reconocida por haber sido el medio que destapó escándalos de la talla de los falsos positivos, las chuzadas del DAS, y que se la jugó por la paz.El retiro de la columna de Daniel Coronell lo convierte a él en una víctima de la libertad de expresión de manera innecesaria, y a Felipe López, en un censurador, un cargo inmerecido porque desde que fundó SEMANA, López siempre se ha caracterizado por respetar no solo la independencia de los columnistas, sino la de sus directores. Absurdo.Lea aquí completa la columna de María Jimena Duzán, ‘La hora de Semana‘