Apenas comenzaba a anochecer cuando Sergio Reina salió de su trabajo con rumbo a su casa en Kennedy, al sur de la Bogotá. El joven fue abordado por desconocidos que pretendían robarle la bicicleta en la que se transportaba a diario. Reina tenía 22 años y además de trabajar, estudiaba mecatrónica.Los delincuentes no se conformaron con robar la bicicleta. También apuñalaron al muchacho. Un grupo de transeúntes quiso auxiliarlo, llevarlo a un hospital, pero sus esfuerzos fueron en vano. El joven murió. Las autoridades siguen investigando el hecho, que sucedió esta semana. Están revisando cámaras de vigilancia y buscando a los criminales.Le recomendamos: “Tranquila mamá que no me pasa nada”Reina es una víctima más de la violencia absurda que cobra decenas de víctimas cada año en Bogotá donde, en 2016, 1.263 personas fueron asesinadas. Un reclamo, un celular, una bicicleta... la vida es tan poco valorada en algunos contextos que cualquier causa, cualquier objeto mínimo, termina siendo un pretexto para asesinar.A Leonardo Castillo, padre de una niña de dos años, lo asesinaron por quitarle un celular. A Leonardo Licht, de 22 años, lo mataron en enero pasado porque intentó evitar que un hombre se colara en Transmilenio. Semana.com presenta seis casos que dan cuenta de este tipo de absurdos.