Más de mil quinientas personas han sido vícitmas de un disparo que no era dirigido a ellas. En 2018 al menos 170 personas murieron por esta causa absurda de la violencia. El ajuste de cuentas entre pandillas es el principal contexto donde los inocentes pierden la vida. Medellín y Cali son las ciudades con más registros a nivel nacional. Los casos de Juan José, María Marlely, Mauricio y Gabriela ilustran la realidad de este conflicto urbano que sigue invisibilizado. Las víctimas de estas balas son niños, madres o hermano que muchas veces dispararon los más cercanos: familiares, amigos, vecinos, los mismos que no se hacen responsables cuando terminan vidas por el azar de un balazo. Si está suscrito haga clic en este enlace para leer la entrevista completa, sino ingrese aquí. Lea aquí el especial completo