Sucedió en el Concejo de Bogotá. Los cabildantes y altos funcionarios de la administración de Gustavo Petro asistieron a la sesión plenaria del recinto para debatir, como es costumbre, los problemas de la ciudad. Esta vez el tema era Transmilenio y el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), su implementación, las tarifas y la seguridad. Todo trascurría sin contratiempo hasta que una frase del joven concejal liberal Miguel Uribe, quien intervenía en el tema de seguridad por los atracos en el sistema de transporte, armó Troya: dijo que el mandatario capitalino era un "sinvergüenza”, por no reconocer que en el SITP y Transmilenio se cometían atracos. De inmediato y visiblemente ofuscada, la secretaria de Gobierno, Gloría Flórez, reconocida por su trabajo en Derechos Humanos y quien llegó a la administración para crear lazos entre la Administración distrital y el Concejo, no aguantó más, se levantó de su puesto, pidió la palabra para solicitarle al concejal que no descalificara al mandatario de esa manera. Es más, celular en mano, leyó el significado de la palabra que encontraron en Internet: “Sinvergüenza: pícaro, bribón". Un definición más larga según la RAE: Dicho de una persona: Que comete actos ilegales en provecho propio, o que incurre en inmoralidades. Luego dijo que Petro había sido elegido democráticamente, “así aquí a muchos no les guste”. La secretaria Flórez, quien ha tenido a lo largo de su vida un trabajo de conciliadora, esta vez estalló al punto de que los nervios casi la dominaban. “Ustedes tienen que respetar a la Administración distrital, a los funcionarios y al alcalde mayor de Bogotá”, reclamó ella levantando la mano. Su declaración no quedó allí, ofuscada, señaló que en esas condiciones no estaría más en el recinto y les pidió a sus compañeros de administración, entre quienes estaban la secretaria general, Martha Lucia Zamora; la secretaria de Movilidad, María Constanza García, y el gerente de Transmilenio, Sergio París, que se retiraran. Mientras los funcionarios en fila india salían del recinto, Uribe volvió a tomar la palabra pero no para ofrecer disculpas sino para ratificar lo dicho. “Lamento mucho que a la Administración no le guste que le digan las cosas de frente”. A la salida Uribe dijo que los concejales han recibido peores descalificaciones de parte del alcalde Petro y que ellos no han dicho nada. “No le da pena la manera como está manejando el gobierno y en la situación que tiene a Bogotá (…) me sostengo en lo que estoy diciendo, no he tenido una conducta inapropiada”. En adelante lo que vino fue una verdadera gritería y descalificaciones de parte de la mayoría los concejales, que aplaudieron la intervención del concejal Miguel Uribe y censuraron la salida de los funcionarios de la Administración Petro. Solo los cabildantes Yesid García y Álvaro Argote defendieron a la secretaria de Gobierno. Incluso, Argote dijo que Uribe estaba acostumbrado a tomarse la palabra de esa manera, ya que provenía “de una familia de clase social alta”. No parece claro si los funcionarios de la Alcaldía van volver a Concejo a los debates de control político. Todo parecería indicar que no; por lo pronto, la secretaria Flórez espera que se aplique el reglamento del Concejo que prohíbe las descalificaciones contra integrantes del gobierno distrital.