Cuando el agente Marco García llegó a una humilde vivienda en el barrio Cajotal, en Ábrego, (Norte de Santander) encontró a Albeiro de Jesús Páez, de 19 años, subido en un escaparate, con una soga alrededor de su cuello y decidido a suicidarse.El policía, con 25 años de servicio, le habló con suavidad al muchacho, invocó a Dios y le repitió decenas de veces: "Yo lo voy a ayudar". El joven, conmovido, se quitó la cuerda y se abrazó con García.Le recomendamos: Especial: La soga al cuelloEl policía llegó hasta la vivienda luego de que entró una llamada a la estación. Era la madre del joven, desesperada, que pedía ayuda, pues su hijo se rehusaba a escucharla. Páez tenía porblemas económicos, que se mezclaron con su adicción a las drogas y lo llevaron a tomar la decisión.El agente García, durante la operación, le prometió al joven que se convertiría en su padrino. Y le cumplió. Le consiguió trabajo en un taller de macánica. Por su acción, García fue condecorado por la policía de Norte de Santander.