Cuando uno de verdad se sienta a pensar en este tipo de noticias, en las que hay componentes como el abuso sexual, la violencia, la psicopatía, la pornografía, la negligencia, la ignorancia, surge la pregunta de qué nos pasa como sociedad. Sobre todo cuando toman fuerza en los medios y entre la ciudadanía otro tipo de debates como el presunto abandono de un perro en las calles de Bogotá (que terminó siendo falso) o si la papelería de la administración distrital debe tener un lenguaje incluyente y decir Bogotá para todos y todas.En contexto: Exclusivo: La aterradora historia del hombre que violó 500 niñosPero excepto el caso de Rafael Uribe Noguera, que tenía una connotación de clase, poco se mueve la sociedad colombiana alrededor de casos como el de Garavito o como este, en el que hay 500 niños abusados, maltratados, violentados, por una misma persona. Otra vez, ¿qué nos pasa?Le puede interesar: Los testigos contra el lobo feroz no quieren declarar¿Somos una sociedad monstruosa? ¿Somos una sociedad enferma? Pues no: simplemente somos una sociedad tan maltratada y llena de situaciones adversas, en la que las mayorías buscamos mecanismos para sobrevivir. Uno de ellos es recurrir a la negación, a preferir no oír ni hablar sobre el tema, lo cual es un mecanismo de defensa. En la mente y en las conversaciones de los colombianos, frente a casos como estos, hay sentencias del tipo “eso les pasa a los otros, pobres niños, que gente tan mala, no tienen perdón” y listo, hacen un borrón y cuenta nueva. Lea la columna completa aquí: "Es difícil reconocer como sociedad un acto tan terrible que va contra la propia especie"