La discusión se centró en cuál es el camino adecuado para aterrizar en los territorios los acuerdos pactados con la guerrilla de las FARC. En el país, son 1.021 alcaldías y 32 gobernaciones para las que el posconflicto es una esperanza. Sin embargo, como ya se evidenció en los conversatorios de Pacífico y Centro Oriente, el centralismo es visto como uno de los mayores obstáculos para que se haga realidad.Alcaldes y funcionarios de municipios de los departamentos de Sucre, Bolívar, Atlántico y Cesar, coincidieron en señalar que se sienten abandonados por el gobierno central. Aunque todos han incluido el tema de la paz en sus planes de desarrollo sienten que no han recibido información del gobierno nacional sobre lo que se espera de ellos en esta etapa.Insistieron en que los acuerdos debe implementarse desde lo local a lo nacional y no al revés. Se sienten ajenos a la transformación aunque ven con esperanza la oportunidad de que acabe el conflicto bélico.Fueron enfáticos en afirmar que más allá de los acuerdos, en las regiones, desde hace muchos años, no se satisfacen las necesidades mínimas de los colombianos y ven con preocupación el acceso a los recursos para tratar eficazmente los procesos de reparación, justicia y verdad, reinserción y generación de alternativas productivas para las personas.“Mucho se ha hablado, todo está en el papel, pero ahora hay que actuar. Enhorabuena, por el fin de un conflicto que se ha vivido en la región, no acá (en Bogotá)”, afirmó Mauricio García, alcalde de Ovejas (Sucre), una población ubicada en la región de los Montes de María, que ha sufrido la violencia de muchos bandos, y en donde el 80 % de la población, incluido el Alcalde, son víctimas.“Se ha invertido mucho en saliva y papel”, afirma el alcalde, que, sin embargo, tiene expectativas positivas frente al hecho de que su municipio hará parte del proyecto piloto de formalización de tierras, un proceso que considera esencial, pues el título es un requisito básico para que los campesinos puedan tener unas tierras más productivas.Luis Alberto Rodríguez, funcionario de la Gobernación de Cesar, también se lamentó de que los municipios y departamentos que han sido seleccionados para albergar zonas de normalización no hayan recibido más información.“Nosotros nos montamos en el bus de la paz hace mucho. Por el camino del desarrollo. Tenemos en nuestro territorio una zona de concentración, pero nadie ha tomado el teléfono para decirnos cómo se van a resarcir a las víctimas, tanto de la guerrilla como del paramilitarismo”, dijo.“El conflicto ha disminuido, pero las víctimas siguen estando presentes. Cómo se va a llegar a la verdad, cómo se van a superar estos grandes conflictos, cómo se van a traer esos recursos para que lleguen efectivamente a las víctimas”, recalcó. Para María Isabel Zabaleta, alcaldesa de El Molino, la ruta no está clara. “Sentimos mucho abandono de parte del gobierno nacional. No solo en este tema sino en muchos más. Viene el 2 de octubre y ¿qué va a pasar?”, dijo. Es claro que los alcaldes quieren pasar la página y apostar a la paz pero con vías de comunicación, inversión, salud, educación, reparación a las víctimas, y no con trabas para acceder a los recursos.Abraham Antonio Kamell, alcalde de San Jacinto Bolívar, lamentó que pueda tardar hasta cinco años iniciar un proceso de reparación colectiva mientras que su municipio, por ejemplo, está embargado porque fue condenado solidariamente con la Nación en un caso de responsabilidad. Aseguró que en las comunidades hay desconfianza hacia el Estado porque se les ha prometido y no se les ha cumplido.Para los citados, el desplazamiento, el día de mañana no se dará por el conflicto sino por factores sociales como el hambre o la falta de servicios públicos. “La gente está esperando que cambie el país. Hay demasiada expectativa y eso nos preocupa porque el país sigue siendo el mismo. Queda en evidencia que el Gobierno Nacional ha conducido una negociación, pero la solución en los territorios no pasa, no se supera”, puntualizó Cristo García Tapia, Gobernador (e) de Sucre.“Si los contratos paz van a ser una realidad que no sean a largo plazo”, señaló.