El presidente Juan Manuel Santos ha reiterado que el próximo 23 de marzo se firmará el acuerdo de paz con las FARC. Y para refrendarlos el gobierno se la jugó por el plebiscito, mecanismo que ya fue aprobado por el Congreso, para que el pueblo colombiano se pronuncie sobre los pactos que se firmen en La Habana. Sin embargo, el mecanismo de refrendación tiene que ser acordado de forma bilateral en la mesa de negociaciones, y la otra parte, las FARC, parecen inmodificables en su postura de que los acuerdos se deben refrendar mediante una Asamblea Nacional Constituyente. Para la guerrilla esta es la única solución, para el gobierno puede ser una peligrosa caja de pandora, por eso Humberto de la Calle, jefe negociador, ha dicho “no” una y otra vez a este escenario. Lo particular de esta discusión es que la Constituyente no es exclusiva de las FARC. En otra orilla, el expresidente Álvaro Uribe, principal crítico del proceso de paz, respalda este escenario. A diferencia de la Constituyente corporativa que proponen las FARC, el expresidente dice que la Asamblea  debe ser elegida por voto popular, y no solo se encargaría de refrendar e implementar los acuerdos, incluso hasta de modificarlos. A estas voces, ahora, se suma otra bastante influyente. El pasado sábado 30 de enero el exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, sostuvo una reunión con los negociadores de esa guerrilla en La Habana, en donde los temas principales fueron el proceso de paz, el cambio climático y la Constituyente. Fue así como después del encuentro el Informativo Insurgente dio a conocer los detalles de esa reunión. Petro aseguró que "así el gobierno de Santos no quiera, como contraparte en la negociación de paz, creo que la sociedad colombiana, toda, debe convocarse a una Asamblea Nacional Constituyente". Luego, en su cuenta de Twitter publicó trinos relacionados con el tema: "Todos los actores de la violencia en Colombia podrían desactivarse a través de un pacto de la sociedad en una Asamblea Nacional Constituyente", "Remover todas las razones objetivas y subjetivas que permitan que se reinicien nuevas violencias en Colombia: Asamblea Nacional Constituyente". Estos pronunciamientos son significativos, más aún cuando apenas faltan menos de ocho semanas para que se firme el acuerdo definitivo, y en los ciclos que resta la discusión se concentrará precisamente en el mecanismo de refrendación e implementación de los acuerdos. Todo parece indicar que la guerrilla llegará a esta discusión definitiva con voces de apoyo, pues además de Petro, el grupo guerrillero obtuvo el respaldo a su propuesta de un grupo de congresistas de izquierda, incluido Iván Cepeda, con el que se reunió en los últimos días en la capital cubana. "Durante la conversación se discutió la posibilidad de convocar a un acuerdo social y político por la paz y la Constituyente, entre otros mecanismos de refrendación y sostenibilidad de la paz que se avecina", señaló un comunicado suscrito por Cepeda y demás integrantes de la delegación política que visitó La Habana. El gobierno de Santos y la mayor guerrilla de Colombia negocian desde hace tres años el fin del conflicto armado más antiguo del continente, y pretenden suscribir un acuerdo para que los rebeldes se desarmen bajo supervisión de la ONU, y se conviertan en partido político.  Las partes, que reanudan esta semana los diálogos tras una pausa de varios días, negocian una agenda de seis puntos, cuatro de los cuales ya están prácticamente acordados. Queda por definir el fin del conflicto, que incluye el desarme de las FARC, y el mecanismo de refrendación de los pactos.  Con información de AP.