La pandemia impidió que los verdugos de sus hijos siguieran escuchándolas, pero aprovecharon el uso de mascarillas para estampar en ellas la pregunta: ¿quién dio la orden? La iniciativa es de las madres de Soacha, un colectivo de 14 mujeres cuyos hijos fueron asesinados por militares colombianos que los presentaron como guerrilleros, luego de haberlos engañado con la promesa de trabajo o dinero fácil. "Aunque estamos confinadas (por el coronavirus), estamos calladas, estamos aisladas, podemos también demostrar con el tapabocas de que somos visibles y que seguimos esta lucha", dice Jacqueline Castillo, representante del grupo "Madres de Soacha". El mensaje censurado de un mural ahora es impreso en mascarillas, el símbolo de la pandemia del nuevo coronavirus.
Uno de los oficiales retratados interpuso un recurso de protección alegando su derecho al buen nombre, el cual fue aceptado por un juez, pero luego la Fundación para la Libertad de Prensa pidió la nulidad de lo dictado en un proceso que aguarda una sentencia definitiva. Sin embargo, las Madres de Falsos Positivos (Mafapo) rescataron el mensaje contra el mayor escándalo militar en el largo conflicto colombiano. El diseñador gráfico Eduard Barrera apoya a las víctimas con las impresiones, que luego son cosidas en los tapabocas para ser repartidos a domicilio a diez mil pesos. "La idea de esta campaña es que esta imagen y esta pregunta estén en boca de todos los colombianos y que, vuelvo y lo digo, si nos tapamos la boca no quiere decir que estemos en silencio", dice Barrera. Los militares inflaron sus logros con los jóvenes que fueron disfrazados de guerrilleros y enterrados en fosas comunes. La Fiscalía documentó más de 2.200 "falsos positivos" entre 1988 y 2014.La Justicia Especial para la Paz, creada a partir del acuerdo de 2016 que desarmó y transformó en partido político a las Farc, asumió el expediente de las ejecuciones militares dentro de la investigación de los peores crímenes del conflicto armado. Los uniformados condenados por estos hechos pueden rebajar sus penas si confiesan y reparan a las víctimas. Desde 2018, los militares empezaron a comparecer, pero la pandemia detuvo las audiencias el 25 de marzo. "Nosotros estamos acá para luchar por nuestros hijos, por los que no tienen voz y para que esto no quede en la impunidad y no siga ocurriendo" Esta semana, la Justicia Especial para la Paz decidió recibir virtualmente los testimonios de los miembros del Ejército. Mientras tanto, el grupo de mujeres lucha para no caer en el olvido. *Con información de la AFP.