En la entrada de la desolada casa de Yuliana Samboní hay un letrero hecho en cartulina y escrito en marcador que define casi a la perfección lo que ha pasado en los últimos tres días: “Rafael Uribe constructor de obras y destructor de vidas”. La frase evoca lo que ha sucedido con Uribe, el arquitecto que hoy es acusado de haber violado y asesinado de Yuliana. La historia de lo que sucedió ese domingo ha conmocionado al país. Y, aunque a rasgos generales, los hechos parecen claros, cada día salen a la luz detalles del crimen. En medio de esa información fragmentada Semana.com conoció nuevos elementos.Consulte: “¡Qué hizo este man, no puede ser!”: Francisco Uribe Noguera El primero de ellos tiene que ver con la presencia de Uribe Noguera en el barrio Bosque Calderón, una zona deprimida de casas a medio hacer y calles destapadas que en la década del 70 y 80 sirvió de cantera a la ciudad y en el que se radicaron obreros en la busqueda de asentar allí un hogar. Las autoridades tienen indicios de que el arquitecto de 38 años fue al menos en tres oportunidades a la zona en busca de la niña. Así lo corroboran testigos que han hablado con la Policía y que dicen haber visto la lujosa camioneta un día antes. El miedo ha hecho que los vecinos de Yuliana ya no quieran hablar. Sin embargo, una mujer le dijo a este portal que vio la camioneta el sábado.Le puede interesar: Los crímenes contra los niños que han conmovido a Colombia Las pesquisas de los sabuesos de la Policía establecieron que el arquitecto al parecer le ofreció dinero a la niña en varias oportunidades. La primera vez le habría mostrado un billete de 2.000 pesos. En otra ocasión, según lo que han relatado las amiguitas de Yuliana, la niña se había subido a la camioneta y había bajado del vehículo llorando. El domingo el día del rapto “le dice que le quiere hacer una pregunta y la mete al carro. El tipo no se baja. El man ya había ido, la niña depronto lo reconocía”, contó un investigador.Podría leer: “La embarré, la embarré”: Rafael Uribe Noguera El domingo a las 9:20 a. m. tras el rapto, los padres de la niña bajaron por uno de los caminos para intentar, sin éxito, alcanzar el vehículo. Tras el llamado a la Policía, esta llegó a la casa a las 12.05 p. m. e iniciaron la búsqueda, revisaron las cámaras y detectaron la placa de la camioneta. Con el número llamaron a la propietaria que es cuñada de Rafael. En la folios que acompañan la investigación quedó consignado que en un principio la familia del presunto asesino se mostró reacia a dar información del vehículo y quién lo conducía.“Tocó marcarles mucho porque no contestaban. Les dejamos un mensaje de voz diciéndoles a ellos que era la Policía”, contó un investigador. Cuando respondieron la llamada, les dijeron que no tenían claridad de que realmente fueran las autoridades. Francisco, el abogado hermano de Rafael, asume el tema por teléfono, pero no se identifica, según él, por ese temor de que pueda ser una "llamada millonaria". La Policia le dice que si desconfía de quien está llamando, se pueden ver en cualquier estación. Pronto se encuentran en el CAI de la calle 72 con carrera séptima. Allí comienza la búsqueda de Rafael con ayuda de la familia. Recomendamos: “Jamás defendería a Rafael Uribe Noguera”Durante varias horas, el abogado y la Policia comienzan a recorrer el barrio y la casa de Rafael, sin éxito. Francisco les proporciona el número de celular de su hermano para que la Policía pueda geolocalizarlo. Los resultados arrojan que está en algún lugar de la zona G. Al cabo de un rato la familia se separa de las autoridades para seguir cada uno buscando por su lado. Esas horas, aproximadamente entre las 3 y 6 de la tarde, son las que hoy son objeto de investigación. Francisco llama al atardecer a la Policía y les cuenta que encontró a Rafael, pero que él está muy mal y por eso van rumbo a la clínica Monserrat. Una vez allí, les dice que en el taxi, este le confesó lo que había ocurrido.La Policía y el hermano salen rapidamente para otro apartamento de Rafael, ubicado en la calle 66 con carrera 5. Para el Gaula la prioridad era encontrar a la niña, en especial porque podría estar viva. Francisco los llevó al apartamento. Cuando las autoridades entraron, el inmueble estaba deshabitado y sin amoblar. Apenas se veían unos cigarrillos, un encendedor y una botella de trago. El abogado los llevó a dónde el hermano le había dicho que estaba Yuliana, en una terraza en la que había un Jacuzzi. En el cuarto de maquinas encuentran el cuerpo sin vida de la niña. Las autoridades siguen investigando qué pasó esa tarde. El eje de las pesquisas es determinar si la escena del crimen fue verdaderamente alterada y quién lo habría hecho. Mientras esto sucede, Rafael Uribe se encuentra recluido en la cárcel de La Picota. El Inpec señala que está en una celda de aislamiento sin ningún privilegio. La justicia hace un esfuerzo porque el proceso avance rápido. En la primera audiencia, la de imputación, Uribe se declaró inocente. Si no acepta cargos, probablemente en pocos días comenzará uno de los juicios por los hechos más dolorosos que han sucedido en Bogotá.