Sebastián Díaz no es anarquista, ni animalista, ni pertenece a un grupo radical de protesta acostumbrado a enfrentarse a la Policía. A pesar de eso, llevó la peor parte en la manifestación por la apertura de la plaza de toros la Santamaría en Bogotá. El joven estudiante recibió un disparo en la cara por parte de un miembro del Esmad. Vea el especial: Tauromáquia ¿Sí o No?Sebastián llegó a las 2:00 p. m. a la Santamaría el domingo 22 de enero. Lo hizo por decisión propia para protestar por el sacrificio de los toros que serían lidiados después de casi cinco años de que esta plaza capitalina estuviera cerrada. Esa tarde soleada, el joven de 19 años, estudiante de veterinaria de la Universidad Antonio Nariño, se encontró con una amiga con la que compartía la idea de manifestar su rechazo por la reapertura de la plaza. Tan solo 30 minutos después de su arribo, el caos se apoderó del lugar. Frente a los ojos de Sebastián, el Esmad se abría paso con gases lacrimógenos con los que intentaba disolver la manifestación. Sin pensarlo dos veces, Sebastián pateó una de las latas de gases lacrimógenos que cayó a su lado. Luego, cuando quiso devolverse a buscar a su amiga, sintió un impacto y luego un calor intenso en la cara. En ese momento el estudiante de quinto semestre no supo qué había pasado, aunque una idea vaga de haber recibido un golpe por parte de la Policía recorrió su cabeza. En fotografías y videos corroboró lo que pensaba, había recibido un impacto, al parecer, con un arma que dispara bolas de goma. “Estuvo a punto de morir”, le dijo la médica que lo asistió en el hospital Universitario San José. Allí fue atendido para suturarle con 30 puntos la herida en la mejilla derecha. Es muy probable que los especialistas tengan que realizarle al menos una cirugía plástica por la lesión.  “Yo no estaba haciendo ningún acto delictivo, no estaba arrojando piedra, no estaba encapuchado, solo me estaba manifestando”, le dijo a Semana.com el joven que se ayuda a pagar su estudios con el dinero que recibe por pasear perros.  La mayor preocupación de Sebastián y su familia es que no le quede una cicatriz. Para el joven “el rostro es la carta laboral de una persona”. La familia anunció una demanda en contra de la Policía y el agente que al parecer se saltó los protocolos establecidos para estos casos. Qué dice la Policía La Policía anunció una investigación del caso y trasladó al agente del Esmad a un cargo administrativo mientras se establece su responsabilidad. “Hay que esperar el proceso”, dijo el comandante operativo de la zona norte, coronel Daniel Gualdrón. El dictamen de Medicina Legal ayudará a determinar si el impacto que recibió Sebastián corresponde, como se ve en la imágenes, al arma que accionó el agente del Esmad. Además la investigación tendrá que establecer si el policía obró de acuerdo al Manual para la Atención Manejo y Control de Multitudes de la Policía. En este se establece la distancia en que deben ser disparadas este tipo de municiones y el ángulo.