Esta noche Ariel Ávila, Amylkar Acosta, Elvia Mejía y Antonio Guerra de la Espriella hicieron un balance con María Jimena Duzán acerca de los problemas que aquejan a La Guajira, especialmente la más reciente destitución de la gobernadora Oneida Pinto. El martes de la semana pasada, el Consejo de Estado tomó la decisión de anular a la gobernadora por haberse postulado al cargo mientras estaba inhabilitada legalmente. El nombre de la gobernadora ha estado cargado de controversia por su presunta relación de padrinazgo con Francisco ‘Kiko’ Gómez, exgobernador del departamento acusado de irregularidades en manejo de contratos parapolítica, concierto para delinquir y homicidio agravado.Pinto sería la segunda gobernadora de La Guajira avalada por el partido cambio radical cuyo periodo de gobierno se ve suspendido por irregularidades con la ley y además es la segunda ocasión que el departamento se queda sin gobernador en cuatro años.La decisión del Consejo de Estado implicará convocar a elecciones extraordinarias que le costarían al departamento entre 4.000 y 7.000 millones de pesos, recursos con los cuales se podría sacar el 25.7 por ciento de la población de la pobreza extrema. Pero lo más grave es que si se convoca una elección atípica, el sucesor de Oneida tiene que venir de la misma cantera política de la que vino Kiko Gómez.Uno de los grandes consensos a los que llegaron los panelistas es que la familia Char, ejerce un gran control político en toda la región Caribe. Ariel Ávila señaló: “los que ganan con la destitución de Oneida son los Char, ellos han vuelto la política un negocio”.Antonio Guerra de la Espriella dijo que en La Guajira hay una crisis de institucionalidad y de gobernabilidad y además que “está de malas por distintas circunstancias como la corrupción, por la clase política pero también por los administradores locales, departamentales y por los organismos de control”. Mencionó que en la entrega de los avales un comité central del partido tomó la decisión de otorgarle facultades plenas a Alex Char para tomar estas decisiones sobre candidatos de la costa Caribe y esos poderes son los responsables de que no existiera rigurosidad, por ejemplo, en la entrega del aval a Oneida Pinto.Por su parte, Elvia Mejía señaló que la culpa también la tienen los mismos guajiros por elegir a quienes no lo merecen y no tienen la capacidad profesional para dirigir el destino del departamento. “La realidad es que la gente de bien no se puede lanzar porque no tiene la plata ni los vales porque los partidos les importa ganar y tener la maquinaria política”.Almykar Acosta mencionó que la problemática de La Guajira es multicausal no se puede reducir todo a un problema de índole judicial, sino que hay “una mezcla en el orden político, económico y también ha hecho carrera la corrupción”. Además dijo que hubo abandono como corrupción y que incluso los partidos se han convertido en “agencias dispensadoras de avales, en quienes tienen la franquicia la credencial para determinar quién manda”.