Hay quienes creen que el mundo cambiará con el coronavirus, y que la humanidad transformará el odio por la empatía, y la avaricia por la generosidad y el desprendimiento. Más que pensar con el deseo, quizá deje algunas lecciones la mirada quirúrgica y reflexiva que hizo Tucídides sobre los efectos que tuvo la peste en su ciudad, Atenas. No solo describió los estragos de esta enfermedad en el cuerpo humano, sino en la sociedad. La peste atacó por igual a ricos y pobres, y tuvo un profundo efecto en las instituciones porque las descompuso. Pero los ricos no dejaron de ser ricos ni los pobres subieron de linaje. Con el coronavirus puede pasar lo mismo. El mundo no cambiará para volverse mejor ni Colombia, uno de los países más desiguales del mundo, se va a convertir en lo contrario. Reportaje de María Jimena Duzán sobre cómo el coronavirus amenaza a muchas familias colombianas que podrían perderlo todo