Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’, era el pez gordo de la delincuencia y el narcotráfico en el norte del país. Desde el año pasado, se convirtió en una de las obsesiones del presidente Álvaro Uribe y en una de las prioridades del director de la Policía, general Oscar Naranjo, cuando decidieron luchar contra las bandas criminales emergentes tras la desmovilización de las AUC.  Por eso, desde hace nueve meses, comenzó un exhaustivo trabajo de inteligencia para encontrar a este poderoso narcotraficante y ubicar su paradero. Durante todo este tiempo, la lucha no sólo fue con los paras y delincuentes que lo protegían, sino también con la corrupción en las instituciones que logró filtrar Rendón para mantenerse en la clandestinidad. Miembros de la Policía, del Ejército y hasta de la Fiscalía hacían parte de su séquito. Entre ellos, personas de la talla del ex director de fiscalías de Medellín, Guillermo León Valencia, hermano del actual ministro del Interior y de Justicia, y quien hoy se encuentra tras las rejas. De ahí que el general Naranjo, a comienzos de este año, decidiera trasladar por unos días su oficina a Antioquia para coordinar personalmente la concentración de hombres de unidades especiales de la Policía en el norte de este departamento y en el sur de Córdoba. Los resultados comenzaron a verse lentamente. Para lograrlo fueron necesarios aviones, helicópteros y unos dos mil hombres de la fuerza pública. La cacería Hace tres semanas, con la captura de 18 personas cercanas a Don Mario, entre ellos Jaime Ernesto Culma, alias ‘El Puma’, las autoridades comenzaron en serio a pisarle los talones al capo. En dos oportunidades, las autoridades intentaron capturar a alias ‘Don Mario’ en operaciones de asalto como la de este lunes. Pero fracasaron. Por eso lo intentaron una tercera vez: el pasado lunes santo comenzó la primera fase de la casería final a Daniel Rendón Herrera. 250 comandos jungla de la Policía y 50 hombres de la Dijín rastrearon los pasos del capo, quien se sabía estaba en algún lugar del Urabá. Llegar hasta él no era fácil. Información de inteligencia señalaba que nueve personas caminaban con él para protegerlo y que un segundo anillo, conformado por 80 personas, también estaba listo para escudarlo. Gracias a las pistas entregadas por informantes, la Policía comenzó a ubicar el sitio exacto donde se encontraba Don Mario. Primero hicieron un cerco de dos kilómetros de diámetro aproximadamente. Valiéndose de helicópteros artillados y hombres en tierra, comenzaron a cerrarle el paso a ‘Don Mario’, gracias a inteligencia humana y técnica, que iban facilitando la ubicación del capo y sus hombres. Ante el cierre del cerco y la presión creciente se supo que empezaba tener pocas provisiones y cada vez menos vías de escape. Con el paso de los días, el cerco comenzó a estrecharse cada vez más y en la noche de este lunes, el general Naranjo ordenó arrancar la operación en el sitio donde se sabía estaba ubicado ‘Don Mario’. Fue así como a las dos de la madrugada del martes inicio la avanzada de los comandos. “Cuando lo teníamos aproximadamente a 20 metros se comenzó a divisar una construcción pequeña, con tablas cortadas (como de cama), cerca de un árbol. Y cuando lo vimos de cerca estaba abrazado a una palmera, comiendo arroz con la mano”, aseguró el coronel César Augusto Pinzón, director de la Dijín, quien confirmó que la detención se hizo pasadas las ocho de la mañana.  “Estaba acorralado, virtualmente, como un perro”, agregó el ministro de Defensa Juan Manuel Santos. Las imágenes que se vieron en las cámaras de televisión no distaban mucho de las fotos y el video que el año pasado se conocían de él. Su pelo estaba más canoso, tenía un poco de barba, estaba vestido con camiseta gris y azul, pantalón gris y zapatos tenis. Según Pinzón, en la operación fueron incautados dos fusiles AK-47 y una memoria USB. Además, seis personas lograron huir y sólo una, cuya identidad está por confirmarse, fue capturada. Aunque la captura de ‘Don Mario’ no significa que el narcotráfico se haya acabado, es obvio que el negocio sí se afectará sensiblemente, especialmente en Antioquia y Córdoba.  Muy seguramente bandas como la de Los Paisas y la Oficina de Envigado harán todo lo posible por copar los dominios de ‘Don Mario’, y ahí está el reto de la fuerza pública: en no dejar que una nueva ola de violencia inunde a ciudades como Medellín por cuenta de este reacomodamiento de mafias.