Colombia lamentó el 23 de julio la muerte de los chimpancés Pancho y Chita a manos de miembros de la fuerza pública en Pereira. Tras varios meses de investigación, la Fiscalía pidió archivar el proceso donde se les señaló como posibles responsables de maltrato.
La emergencia ocurrió cuando los animales escaparon de sus jaulas en el Bioparque Ukumarí, en Pereira, e intentaron abalanzarse sobre las personas que los perseguían, por lo que los uniformados tomaron la decisión de abatirlos con sus armas de dotación.
Con este último argumento, un juez de conocimiento penal militar y policial levantó todas las sospechas que hubo contra ellos por los supuestos delitos contra la vida, la integridad física y emocional de los animales; así fue expuesto en la audiencia por el ente de acusación:
“No puede imputarse objetivamente a los agentes, ya que, al disparar sus armas de fuego en contra de los primates, lo hicieron dentro de los parámetros del riesgo permitido desde los protocolos que regulan eventos como el escape de animales peligrosos”.
Allí se citó la ‘guía de procedimiento para el control de escapes de animales del Bioparque Ukumarí' y el ‘manual para cuidado de chimpancés’ publicado por la Asociación de Zoológicos y Acuarios junto al Comité de Bienestar Animal de la AZA.
Estos documentos se interpretaron como un permiso para disparar en caso de inminente riesgo para las personas durante la fuga; de igual forma, también obliga a la fuerza pública a actuar de la forma como lo hicieron en la noche del pasado 23 de julio.
Así las cosas, la Fiscalía pidió archivar el caso “dado que los hechos que se lograron acreditar en la indagación no alcanzan a adecuarse como delitos contra la vida, la integridad física y emocional de los animales”.
¿Qué más se sabe del caso?
Una fiscal del Grupo Especializado de Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma) imputó al cuidador de los chimpancés Pancho y Chita, José Leandro Hurtado, por el delito de maltrato animal agravado. Esto se da en medio de la misteriosa muerte de los dos primates en el Bioparque Ukumarí de Pereira, el pasado 23 de julio.
Según las investigaciones en curso, Hurtado es señalado de haber dejado intencionadamente los seguros de la jaula de los chimpancés abiertos, lo que habría propiciado la fuga de los animales y, en última instancia, su posterior sacrificio. El trágico suceso desencadenó una ola de indignación entre los defensores de los animales y la opinión pública en general.
Sin embargo, la Fiscalía reveló que no se descarta un saboteo electoral en medio de la campaña que se estaba adelantando en el país, lo que significaría que el cuidador, intencionalmente, abrió las rejas para que los animales se salieran porque esa noche se hizo una actividad política en la zona.
Pese a que en un comienzo se habló de falla humana, el ente acusador sostiene la tesis de que pudo existir un tema electoral para afectar una campaña política sin tener en cuenta los daños que se pudieron haber generado a la población y que terminaron con la muerte de los animales.
“Ese actuar doloso nos lleva a preguntar cuál fue el motivo para causar tanto daño y tanto dolor. Sobre todo terminar con uno de los iconos de esta ciudad. Por qué poner en riesgo a las personas, por qué causar tanto dolor a estos animales y entonces ahí también se pregunta uno si hubo un motivo económico o un sabotaje en medio de un proceso electoral en el que nos encontramos. Es un acto totalmente reprochable”, dijo la fiscal.
Pero en su exposición la fiscal fue mucho más allá y contó cómo ocurrió todo señalando que Hurtado actuó con dolo. “Usted, señor José Leandro Hurtado, maltrató físicamente y psicológicamente a dos chimpancés que tenía bajo su cuidado, cuando de manera dolosa y conociendo los protocolos de cuidado y de cierre, dejó de manera premeditada y deliberadamente siete seguros que debía cerrar, la única manera que esos chimpancés salieran de su hábitat era incumpliendo los protocolos”.