En el departamento de Risaralda hay incertidumbre por las inspecciones técnicas que se les aplicarán a los 34 cadáveres que fueron sepultados por un deslizamiento de tierra en el municipio de Pueblo Rico. Las familias piden celeridad en el proceso para identificarlos y despedirlos.
De los cuerpos que han salido de la montaña que se desprendió en la mañana de este 4 de diciembre, solo 17 cuentan con un nombre esclarecido. La otra mitad está indocumentada. Aunque las autoridades están acelerando el proceso para darles respuestas a los allegados, la impaciencia les está sacando factura.
Ángel Ramírez llegó de Istmina para buscar a la madre de sus dos hijas. Si bien la mujer se montó en el bus que partió de la terminal de transporte de Cali con destino a Chocó y que quedó en la mitad del derrumbe, nadie sabe dónde está. Hoy desconoce si está viva o muerta.
Esta historia se repite en 17 oportunidades. Las personas anhelan una respuesta, mientras esperan con incertidumbre un mensaje a las afueras del coliseo de la localidad, adecuado como una morgue para recibir los cadáveres. Sobre la cancha están las víctimas envueltas en bolsas de color blanco.
“Estoy buscando a la señora. Por el momento, no me han dicho nada. Llego a Pueblo Rico, estoy en la entrada del coliseo, pero no he podido ingresar. En el listado que está afuera tampoco la consigo. Estoy a la espera. Dios quiera que esté entre [los lesionados]”, afirmó el hombre.
Cosa contraria ocurre con Libardo Valencia. Dentro del bus se transportaban su hermana y una tía. Ambas aparecieron si vida y hoy están plenamente identificadas. Pero le preocupa el tiempo en que se tarden las labores judiciales, dado que nadie se atreve a darle el día exacto en el que recibirá los cuerpos para sepultarlos.
Las dos mujeres están dentro del coliseo, custodiadas por los investigadores del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía. En las próximas horas serán trasladadas a las instalaciones del Instituto Nacional de Medicina Legal, donde les practicarán exámenes con el propósito de dar con las causas de las muertes.
La Fuerza Aérea Colombiana tendrá la obligación de mover los cuerpos hacia Pereira, allá los están esperando los investigadores. No obstante, tampoco se tiene claro el cronograma en el que arrancará la movilización. Ese panorama agudiza los sentimientos de los allegados, quienes insisten en la claridad.
“Nos dicen que los cuerpos ya están totalmente recuperados y que los van a enviar a Pereira. Nos toca ir a la Fiscalía a pedir un acta de difusión y, después, ir a Medicina Legal para saber cuándo nos entregan los cuerpos. Ya están identificados, pero no los hemos podido ver. Eso se demora varios días”, detalló el ciudadano sobre la logística.
Sobre la mesa de discusión también está la financiación de las exequias. Según reveló el gobernador de Risaralda, Víctor Manuel Tamayo Vargas, en conversación con SEMANA, se tramitará ante el Gobierno nacional una indemnización para las familias de las víctimas. Las secretarías de Salud de la región se encargarán del tema.
Ante las dudas de los allegados por el proceso de identificación, dio cuenta de que se está haciendo de la manera más rápida posible para culminar con la angustia. Este 6 de diciembre se instalará un punto en la ciudad de Pereira para acoger a los parientes de los fallecidos, mientras avanzan las labores en Medicina Legal.
“Ese es un proceso muy rápido. De hecho, ya hay 17 identificadas. El proceso de Medicina Legal puede demorar unos pocos días para que se proceda al traslado de los cadáveres”, anunció el mandatario departamental.