La erupción del Nevado de Huila que provocó una avalancha en el municipio de Belalcázar hace recordar la tragedia que los habitantes del Huila y Cauca vivieron en junio de 1994, cuando un temblor provocó el desbordamiento del río Páez y dejó a su paso cerca de 1.000 muertos. Aunque hasta el momento la cifra de muertos es muy inferior (se han reportado seis muertos e igual número de desaparecidos), las autoridades dicen que la tragedia puede llegar a ser similar al desastre de hace 14 años debido a las enormes pérdidas económicas, al fuerte invierno que sigue sin tregua y a la alerta roja en la que se encuentra dicho volcán. El desbordamiento de la quebrada el Cañón del Salado deja hasta el momento unos 3.000 damnificados, 13 casas destruidas, 157 viviendas para ubicar y 48 más averiadas. Además, la caída de seis puentes tiene incomunicados a los habitantes de Belalcázar, quienes no tienen luz ni agua potable, circunstancia que agravaría el desastre natural debido a la aparición de enfermedades y epidemias. Según la Dirección de Atención y Prevención de Desastres (Dpae), los desaparecidos son Rosalía Vargas, Lorenzo Quisacue, Milsa Mesa, Lisandro Quisacue, Juvenal Quireue y Joel Quireue Pucha, pertenecientes al resguardo indígena Caloto. Entre los muertos hay dos adultos, Custodio Yajimbo del resguardo Caloto y Francisco Cotumbo, ambos de 50 años. Y lamentablemente, tres niños: Diana Marcela Campo Vitonás del Resguardo de Cohetando (12 años); Élmer Quircué del resguardo de Tálaga (8 años); Wilson Baigue (1 año); y Juan Carlos Mesa (3 años). Luz Amanda Pulido, directora de la Dpae, dijo a Caracol Radio que Invías estuvo en la zona afectada y en tres semanas aproximadamente instalará un puente metálico provisional entre Inzá y Belalcázar. “El Ministerio de Agricultura va a brindarles ayuda para que, por medio de tasas de interés cómodas, ellos puedan recuperarse y empezar de nuevo”, aseguró. Por si fuera poco, el mal tiempo le impidió continuar con las labores de asistencia humanitaria a la Fuerza Aérea Colombiana, que el pasado fin de semana alcanzó a entregar 16.260 kilos de ayuda, entre mercados, kits de cocina y de aseo. Paquetes de pañales, cremas antipañalitis, bolsas de leche, garrafas de agua, paquetes de toallas higiénicas, biberones, colchonetas y rollos plásticos. Sin embargo, esta ayuda no será suficiente ya que en las últimas horas se presentaron dos nuevas avalanchas en Belalcázar y las fuertes lluvias en la parte alta del municipio no cesan. El gobierno central tuvo que enviar 10 plantas eléctricas, tres de ellas para el casco urbano de Belalcázar en las sedes de los organismos de socorro y otras siete para los resguardos indígenas de la zona. “Se considera prioritario el suministro de estos equipos para los resguardos de Talaga, La Mesa de Caloto y Tafnu porque en estos momentos son las regiones que están recibiendo a la población proveniente de los lugares más apartados del Páez”, dice un comunicado del Ministerio del Interior.