La alarma por la posibilidad de un terremoto en una ciudad colombiana se encendió tras el terremoto de Haití. La catástrofe de Haití, según los expertos, ocurrió por una fricción horizontal de las placas del Caribe con la placa de Norteamérica. Ese tipo de fricción, la geografía de ese país, la falta de una infraestructura antisísmica y previsión para un evento como el ocurrido, agravó la catástrofe. La pregunta que surge es qué tan preparados estamos para una eventual emergencia causada por un terremoto, por ejemplo, en una ciudad como Bogotá. Según el especialista en seguridad antisísmica y contra terremotos, el ingeniero Jorge Salazar, existe una proyección de un sismo de fricción horizontal, como el de Haití, en Colombia. El país está en el llamado cinturón de fuego, en donde también está China, Japón, Chile, California, México, Centroamérica entre otros, lo que lo hace más vulnerable, no solo porque está localizada en una región donde hay placas que se están acomodando, sino “porque los Andes son parte de las formaciones más recientes del planeta, lo que hace que nuestra geografía presente fallas geológicas”, dice Salazar. Historia de los sismos El territorio que hoy ocupa Bogotá se ha visto afectado en los últimos tres siglos por siete sismos de magnitudes importantes: en 1743 y 1785 en el páramo de Chingaza; en 1826 en Sopó; en 1827 en Timaná, Huila; en 1917 en el páramo de Sumapaz; en 1923 en Paratebueno y en 1967 en los Cauchos (Huila-Caquetá). Casualmente el terremoto del 12 de julio de 1785 dio origen al periodismo. Una hoja volante (periódico Santa Fe) que se le atribuye a Antonio Nariño cuando describe el “terrible movimiento” que sacudió la ciudad de sur a norte. El primer terremoto que pudo medirse con instrumentos fue el del 29 de agosto de 1917, uno de los más fuertes que se ha registrado en la ciudad. En ese entonces, en Bogotá había cerca de 100.000 habitantes, casi 30.000 salieron de la ciudad. Durante 10 días se registraron movimientos telúricos. Este terremoto destruyó, casi por completo, la ciudad de Villavicencio. En Bogotá dejó seis muertos y 400 casas derrumbadas, al igual que algunos edificios. Pero el terremoto más reciente fue el de 1967. En esta ocasión la ciudad ya contaba con cerca de un millón y medio de habitantes. A pesar de que la magnitud fue menor que la de 1917, dejó un saldo de 13 muertos y cerca de 100 personas heridas. ¿Qué tan seria es una amenaza de sismo? Bogotá se encuentra en una zona de amenaza intermedia, y de acuerdo con las distancias de las fuentes, existe la probabilidad de que un sismo esté entre los 6 y 7 grados en la escala de Richter. Nadie puede predecir cuándo va a ocurrir un terremoto. Sin embargo, debido a su frecuencia en el pasado se estima que en cada siglo se pueden presentan dos o tres de importancia. Según esto, hay una gran posibilidad de que ocurra un terremoto en Bogotá, en el lapso de una vida, pero su fecha exacta no es posible determinarla. Debido a los instrumentos y las investigaciones, lo que sí es posible medir es la magnitud que puede tener un terremoto. Luego de identificar las fuentes o fallas, que son los sitios de donde provienen los movimientos internos, y de determinar cómo es el movimiento de una falla geológica se puede anticipar el grado o escala. Para esto también se tiene en cuenta la historia de los sismos. La ciudad tiene un riesgo sísmico elevado. Esto se debe, en su mayor parte, a cómo ha sido construida. El crecimiento urbanístico acelerado ha impedido que se cumplan a cabalidad las normas sismorresistentes. Según especialistas, más del 80 por ciento de las edificaciones de la ciudad no cumple con esas normas, eso equivale a más del 60 por ciento del área construida. En términos económicos, es cerca del 60 por ciento de la ciudad. Eso no quiere decir que tras un terremoto se dañaría todo el porcentaje vulnerable, pero tal vez sí un 10 ó 15 por ciento de la ciudad. Uno de los grandes problemas para la ciudad es que en caso de un terremoto, se perdería mucha de la infraestructura pública porque no está asegurada. Eso demuestra una falta de conciencia de la posibilidad de los desastres. Otro tema es la vulnerabilidad social. Esta depende del nivel de percepción que la gente tiene sobre un desastre. En Colombia la vulnerabilidad social es alta debido a la pobreza, desinformación y falta de educación en el tema. En países cuyas amenazas son constantes hay una conciencia mayor del riesgo. Por eso en países como Japón, se presentan sismos como el de Haití, pero solo se registran unos cuantos heridos. Desde 2003, Bogotá comenzó a concientizarse de la necesidad de prepararse para un eventual terremoto. Para eso se hicieron campañas que buscaron alertar a la ciudadanía. El año pasado, la ciudad demostró sensibilidad al riesgo tras un simulacro de evacuación en el que participaron la Cruz Roja, los bomberos, entre otros organismos de emergencia. Sin embargo también quedaron en evidencia algunas debilidades. En una entrevista con el diario El Tiempo, Mauricio Toro, director de Bomberos de Bogotá, indicó que tras el simulacro del pasado septiembre, se pudo determinar que hace falta mejorar aspectos como equipamiento, personal, el sistema de comunicaciones; e infraestructura de instalaciones esenciales en una emergencia, como los colegios y los hospitales. Para el ingeniero Salazar, las regiones colombianas que deberían reforzar sus estructuras, pues presentan un mayor riesgo, son Nariño, Valle, Cauca, Santanderes, Zona Cafetera y la capital del país. El ingeniero advierte que en Colombia la prevención ante los sismos no se ha tomado con la celeridad. A pesar de que algunos hospitales han sido construidos para enfrentar ese riesgo, hay muchas instalaciones de emergencia que no son sismorresistentes. Esto se debe a que la mayoría de entidades no consideran que esta sea una necesidad inmediata. Según explica el ingeniero Salazar “con las precauciones necesarias se evita que el desastre sea mayor pues los edificios antisísmicos no se desploman en su totalidad, aunque pueden sufrir fisuras”. Consulte aquí la cartilla para saber qué hacer en caso de un terremoto en Bogotá