En octubre de 1997, 300 personas de El Aro tuvieron que salir por miedo y presión hacia otros lugares. Los paramilitares del Bloque Mineros y del Bloque Norte habían incendiado ochenta casas y asesinado a 16 campesinos. Varios familiares regresaron pocas semanas después y reconocieron las ruinas de lo que antes era su vida. | Foto: Édgar Domínguez - El Tiempo
CONFLICTO
El Aro, la vida después de la masacre
Primero fue el horror de las casas incendiadas, los muertos y la huida. Después la desesperanza de no poder regresar al pueblo donde nacieron. Estas imágenes resumen el sentimiento de angustia que, doce años después de la incursión paramilitar, acompaña a los campesinos de este pueblo antioqueño.
13 de abril de 2010
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