Ebed Shaday Calderón Rosales, la novia de la boda que terminó en tragedia el primero de junio de 2024, el sábado anterior, habló de lo ocurrido. Según dijo, junto a su esposo alquilaron una casa campestre en Valledupar con el fin de hacer allí la fiesta de su boda. Luego de la ceremonia, indicó, llovía mucho, razón por la cual tanto ellos como los invitados, cerca de 100 personas, se resguardaron debajo de una locación.
Sin imaginarlo, indicó, empezó un extraño ruido y la casa en la que estaban se desplomó en cuestión de segundos. ”Escuchamos piedritas en el techo y empezó a crujir y todo se vino abajo en diez segundos. Todos estábamos desesperados por encontrar a las familias, la gente salía llena de sangre, estaba muy oscuro”, aseguró Shaday Calderón en diálogo con Caracol Radio.
“Estaba lloviendo mucho y entramos al salón y se desplomó. Le rogaba a Dios que todos salieran vivos; perdí a mi mejor amiga, a mi primita Saray. Mi cuñado, de la Armada, perdió un pie”, agregó al indicar que, en su calidad de cristiana, le preguntaba a Dios por qué había sucedido algo así, al tiempo que le agradecía por estar viva: “Es un milagro que estemos vivos, eran escombros de 200 kilos encima, lluvia de concreto en las cabezas, todo fue muy trágico, todo fue como una película de terror”, acentuó.
“No hay una explicación de lo que sucedió, en la boda había 100 personas, muchos heridos, todos salían con la cabeza partida”, agregó la novia al indicar que, oficialmente, quedan 11 personas heridas, aparte de sus dos seres queridos fallecidos. Sobre los dueños de la casa campestre, anotó Ebed Shaday Calderón Rosales, “ni siquiera el gesto de solidarizarse”. Según dijo, no sabe ni quiénes son, entiende que nadie quiere que suceda algo así, pero condenó que nadie se acercara a ofrecerles ayuda. “Pagamos 1′800.000 pesos y dejamos 700.000 pesos de depósito por la casa campo, que era relativamente nueva en la ciudad”.
Sin entender qué pasó, dijo, a su modo de ver la casa fue hecha con malos materiales y por eso terminó cayendo ante la lluvia y cuando mucha gente concurrió en la misma, precisó.
La menor de 11 años que murió en el colapso de una estructura en la boda celebrada en una casa campestre en Valledupar, Cesar, había nacido y vivía en Barranquilla, en el departamento del Atlántico. SEMANA habló con una persona cercana a la familia de la pequeña, quien aseguró que ella residía en el municipio de Sabanagrande y sostuvo que la niña no quería asistir al matrimonio, pero como ya estaba todo listo la obligaron a ir.
“Ella no quería ir a Valledupar para el matrimonio, ella se quería quedar con su hermano y la novia en una casa finca en Sabanagrande, pero los papás las obligaron a ir. Ellos se fueron para allá y mire lo que pasó”, precisó. “La niña estaba sentada a la mesa con sus papás, pero justo unas primitas la convidaron a jugar y cuando se levantó de la mesa pasó toda la tragedia; los papás no lograron protegerla, se protegieron debajo de una mesa, gracias a Dios salieron ilesos. Todo ocurrió en cuestión de segundos”, agregó esta persona cercana a la familia.
Nailet Guerra, de 22 años, amiga de la novia y con quien se congregaba en la misma iglesia cristiana, era la dama de honor, que también falleció. A través de una publicación en Instagram, Calderón Rosales publicó unas sentidas palabras para despedir a su amiga. “Mi amiga linda, mi reina, mi mona, la del corazón más noble, no puedo creer todo esto. Dios mío, te rogué tantooo. Dios mío, gracias por ser un ángel a mi vida, por amarme tanto, manita; me duele el alma, teníamos tantos sueños. Fuiste tan buena conmigo, manita linda, te amo tantoo. Dios, ayúdanos. Quién me va a llamar todos los días, eras un ángel en la tierra a todos los que te conocían”, escribió.
La joven novia instó a orar para que las personas heridas se recuperen y para que su cuñado pueda encontrar una prótesis que le permita volver a caminar. Sobre el hecho judicial, dijo estar a la espera de las pesquisas.