Los hechos que hoy son materia de investigación policial ocurrieron en el barrio Cañaguate de la ciudad de Valledupar, capital del departamento del Cesar, hasta donde habrían llegado al menos nueve personas, entre ellos una mujer, que intentaron ingresar a la vivienda de una familia libanesa haciendo un agujero gigantesco en la casa vecina.
De acuerdo con la información extraoficial del caso, la casa a la que llegaron los delincuentes se encontraba con un aviso de arriendo y allí encontraron a un hombre que fue amordazado y dejado en la parte trasera de la residencia mientras cometían el hecho.
Los delincuentes comenzaron a hacer un hueco en la pared que comunicaba con la vivienda a la que pretendían ingresar, al parecer, a cometer un robo, pues le manifestaron al sujeto de la casa, estando ya amarrado, que ellos iban por un botín y que enterrarían en su casa los objetos de mayor valor para después volver por ellos.
El supuesto robo fue frustrado cuando un menor de edad que reside en el inmueble con la familia libanesa se percató del ruido que provenía de la pared y alertó a su padre, quien a su vez alertó a los vecinos y a las autoridades.
De inmediato, los delincuentes decidieron huir de la vivienda dejando todo tirado y abordaron dos vehículos que los esperaban a pocos metros del lugar.
Sobre este hecho en particular, la Policía Metropolitana de Valledupar no ha emitido ningún informe, pues al parecer no habría pasado a mayores, además del enorme agujero que quedó en el muro que divide las dos casas.
Impresionante video de un conductor atacado por supuesta bruja
En imágenes quedó grabado el supuesto ataque del que fue víctima un conductor de un camión cuando se movilizaba en una vía del departamento del Cesar, por parte de lo que, según dijo, sería una bruja.
El hecho quedó registrado en el celular de una de las personas que llegaron a auxiliarlo junto con agentes de la Policía, pues el hombre aseguraba en medio de un extraño comportamiento que estaba siendo víctima de un episodio paranormal.
Su cara despavorida y una camándula en sus dientes son muestra de lo que le ocurría y que solo él podía ver, pues en el video solo se le ve abrir la puerta del camión y voltear a mirar a quienes trataban de ayudarlo.
Le pedían que se calmara, pero eso lo alteró un poco más, hacía ruidos extraños y uno de sus compañeros relató a los agentes que el hombre veía diciendo “incoherencias”.
Sus manos estaban entumecidas y, en uno de esos intentos por bajarlo del asiento del conductor del camión, sacó una extraña voz intentando agredir a un oficial de la Policía.
“Él estaba diciendo incoherencias, que la bruja que no sé qué”, dijo uno de los hombres en la escena, mientras el policía le pedía al hombre que se “relajara”.
Este caso se presentó exactamente en el sector conocido como la Aurora, en el mencionado departamento del Cesar, pero en Bolívar, quienes fueron víctimas de otro presunto suceso paranormal fueron unos policías que hablaron después de lo ocurrido.
Los policías que vieron “al diablo”
La escena paranormal los paralizó. Fueron segundos ―o minutos― escalofriantes que llevaron a dos uniformados de la Policía en la costa Caribe a sufrir un severo cuadro postraumático. La situación los obligó incluso a abandonar la institución y a dejar en pausa sus carreras como servidores públicos. Y aunque el hecho ocurrió en el 2018, los patrulleros Luis Gutiérrez y Emilio Márquez lo llevan tatuado en el alma.
Era la media noche en su turno de patrullaje en el corregimiento Las Piedras, en zona de San Estanislao de Kostka, en Bolívar. Recorrieron en una patrulla algunas calles del pueblo Bayamo, tristemente famoso por una terrible masacre a manos de grupos armados. Al salir del pueblo, comenzaron a ocurrir cosas inexplicables.
Las luces del vehículo se apagaron y creyeron que estaban “salados”, pero luego vino la primera alerta. Cuentan que los sorprendió una supuesta larga lluvia y los destellos de luz que antecedían a los fuertes truenos les permitían, a ratos y por muy pocos segundos, ver el camino. Ya para ese momento, el miedo llegó a la escena. Había algo que no les cuadraba y, según su relato, “algo había en el ambiente”.
Rezaron por algunos minutos hasta que vieron un manto negro que levitaba frente a ellos. Estaba suspendido en el aire a un costado de la vía sin moverse más de lo necesario. Gutiérrez y Márquez, en principio, actuaron como dos policías, desenfundaron sus armas y apuntaron hacia el cuerpo extraño, pero ante la situación, el miedo los paralizó. “El radio del carro tampoco servía, se dañó en ese momento y comenzó a sonar extraño y se prendía y se apagaba”, dijo uno de ellos.