Inquieto. Así se define Sergio Rico. Su día a día le da la razón ya que reparte su tiempo entre comercializar su invento por medio de su empresa Silos de Agua, su doctorado en Administración Industrial y en desempeñar su papel de consejero de la Cruzada Nacional contra el Hambre puesta en marcha por el Gobierno federal de México en 2013.Hace 12 años, en 2002, Rico creó este polvo mágico que al entrar en contacto con el agua se convierte en un gel que almacena el líquido hasta por 40 días. En una entrevista con la revista mexicana Expansión, Rico afirmó que “los resultados son extraordinarios porque la raíz se mantiene húmeda por dos meses y se rehidrata en repetidas ocasiones con las precipitaciones”. Esto es clave porque ha permitido que agricultores del mundo entero usen este producto para almacenar agua lluvia y luego usarla como sistema de riego. Para hacer esto esparcen el polvo debajo de sus cultivos. Con este sistema, además, los campesinos ahorran hasta 80 por ciento en costos de producción, pues usan menos agua, fertilizantes, energía eléctrica y mano de obra. Para comprobar la efectividad de su invento, Rico midió los resultados de varios cultivos de maíz en Jalisco y comprobó que con un sistema tradicional de riego se obtienen 500 kilogramos de maíz por hectárea, mientras que con su producto se obtienen 10 toneladas. Resultados como este han permitido que Lluvia Sólida ya esté siendo aplicada en Argentina, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, España, Francia, India, Israel, Perú y Rusia.Para Carlos Ortiz, director de Ingeniería en Desarrollo Sustentable del Instituto Tecnológico de Monterrey, el principal obstáculo al que se enfrenta este producto es ganar legitimidad entre los agricultores. “Creo que puede crecer ayudado por una buena campaña de comercialización que consista en acercarse al productor y convencerlo, pues uno de los principales obstáculos es vencer el arraigo a las formas tradicionales de cultivo”, dijo.El comienzo
Sergio Rico, creador de Lluvia Sólida.Su historia se remonta a 1994 cuando Rico trabajaba en la empresa de su padre con la que distribuía instrumentos de control y equipos para procesos industriales a empresas mexicanas. Ese año se promulgó una ley que ordenó a las industrias del país azteca tratar las aguas residuales de forma adecuada. La sentencia le dio la idea a Rico de incursionar en un nuevo nicho de mercado.Fue así como transformó la empresa paterna y comenzó a ofrecer servicios para tratar las aguas industriales de las compañías. Esta iniciativa lo llevó a meterse de lleno en la experimentación con polímeros, de la cual surgió la molécula que hoy es el polvo de Lluvia Sólida. Probó su producto por primera vez en una visita de trabajo a la ciudad de Guzmán, al sur de Guadalajara, que por ser un terreno seco no tenía servicios de agua. Rico se dedicó a recolectar agua lluvia por varios días hasta que pudo mostrarle a los agricultores de la ciudad cómo funcionaba su invento. Esto ocurrió hace 12 años, pero permanece fresco en su memoria. Hoy explica que su producto siempre será revolucionario pues “reduce problemas de alimentación, productividad, pobreza y migración ya que, si tienen las condiciones, los campesinos no se desplazan para encontrar terrenos fértiles”. Para comprar el equivalente a una hectárea de Lluvia Sólida es necesario invertir 1.000 dólares. Sin embargo, los resultados son tan sorprendentes que el producto, afirma Rico, se ha vendido como pan caliente. Hoy, en medio de un mundo en el que la innovación social está encontrando su lugar, Rico enfatiza que el producto tiene fines altruistas, pero es, ante todo, un modelo de negocio que debe ser sostenible para mantenerse en el mercado. Como ha dicho Muhammad Yunus, nobel de Paz y fundador del Banco Grameen, la red de microcréditos más grande del mundo: “Los negocios sociales son empresas creadas para resolver problemas. Si todos creemos en ello, desaparecerá la oscuridad”.