Históricamente estados como California en Estados Unidos suelen pasar dificultades año tras año debido a las fuertes sequías, estas conllevan a presentar monumentales incendios forestales y dificultades energéticas. Situación se dejó de lado por cuenta de las tormentas que azotaron el país en las últimas semanas.
Esta zona del país podría enfrentarse a escenarios complejos como lluvias torrenciales, deslizamientos y flujos incontrolables de lodo, todo comenzando el año 2023. Esto luego de que los expertos en monitoreo de clima estipulan que desde este miércoles podría sentirse la llegada de una última serie de tormentas, las cuales se esperan culminen el jueves.
Se pronostica que estos golpes de frío impacten con mayor fuerza en el norte de California y el área de la Bahía de San Francisco, esto por cuenta de la “bomba ciclónica” que se encuentra ubicada en el pacífico, según reporta CNN.
Lo cierto es que al principio estas condiciones climáticas beneficiaron la situación de sequía en California, sin embargo, con el aumento exponencial de las precipitaciones han llegado a niveles de alerta para los organismos de control y prevención de emergencias.
“Esto realmente ayudará mucho con la sequía a corto plazo del norte de California, tal vez incluso a borrar esas condiciones de sequía a corto plazo, pero se necesitará mucho más para superar por completo los impactos de la sequía a largo plazo y de varios años”, dijo Daniel Swain, científico climático de la Universidad de California a CNN.
Según informa el Servicio Meteorológico Nacional, la tormenta que podría llegar en las próximas horas, es capaz de causar inundaciones, derrumbe de carreteras, derrumbe de laderas, árboles caídos, cortes de energía importantes.
Este tipo de condiciones generar riesgo de generar perdidas humanas, así como sucedió en las últimas semanas en territorio estadounidense.
La cifra de muertos por la histórica supertormenta invernal que afectó gran parte de Estados Unidos en las proximidades de la Navidad subió a 61 según el último reporte, al registrarse dos muertes en el este del país, según informaron las autoridades.
Ambas muertes ocurrieron en el condado de Erie, en el estado de Nueva York, donde se ubica la ciudad de Buffalo, epicentro de la tormenta. Al menos 39 personas murieron allí y es probable que el número de víctimas siga subiendo más, dijo el titular del condado, Mark Poloncarz, en una conferencia de prensa.
Entre ellos, cuatro fueron encontrados dentro de sus automóviles, 11 en casas y 17 a la intemperie, detalló. Con temperaturas más cálidas, las autoridades temían que un deshielo rápido pudiera causar inundaciones.
“Afortunadamente, parece que las inundaciones serán mínimas. Hay posibilidades de inundaciones, pero parece que no serán graves”, señaló Poloncarz.
Finalmente, se restableció la electricidad para todos los hogares en el condado, agregó. El área de Buffalo, aunque acostumbrada a los duros inviernos boreales, fue fuertemente golpeada por la tormenta. Hubo intensas nevadas, viento helado y descenso brusco de las temperaturas.
El mal tiempo hizo estragos, hasta el punto que en muchos casos los propios equipos de rescate quedaron varados en el terreno.
Las autoridades locales ahora deben responder a las críticas, que cuestionan su gestión de la crisis.
El frío se hizo sentir en mayor o menor medida en gran parte del país, hasta Texas (sur) y Florida (sureste), estados poco acostumbrados a tales condiciones climáticas. La tormenta también causó graves trastornos en los aeropuertos, con la cancelación de miles de vuelos.
*Con información de AFP.