La falsa heredera ruso-alemana, Anna Sorokin, cuya historia inspiró una de las series más vistas durante este año en Netflix, Inventando a Anna, fue puesta en libertad por parte de las autoridades estadounidenses este viernes 7 de octubre, tras haber cumplido su condena.

Según confirmaron las autoridades para medios locales, la joven, que ahora ya cuenta con 31 años, estaría bajo vigilancia en detención domiciliaria Nueva York, mientras que los funcionarios de migración estadounidense llegan a un acuerdo sobre si se deporta o no a la mujer que logró estafar a múltiples comercios de la élite neoyorquina.

Sorokin logró salir de prisión al pagar una fianza de 10 mil dólares pedida por la justicia del país norteamericano, esto luego de pasar más de tres años en la cárcel; sin embargo, la situación judicial de la mujer no se ha normalizado, puesto que además de esperar la decisión sobre su estadía en Estados Unidos, también deberá permanecer sin publicar ningún tipo de información a través de sus redes sociales mientras que esté bajo la custodia de las autoridades, según indicaron los medios locales.

“Se le exigirá que cumpla con las condiciones de liberación impuestas tanto por la Junta de Libertad Condicional del Estado de Nueva York como por las autoridades de inmigración, lo que, combinado con su condición de figura pública, hará que sea particularmente difícil para ella evitar ser detectada”, aseguró el juez del caso en medio de la audiencia, según indicó Univisión.

Mientras que sus abogados recalcaron que Sorokin estaría buscando dejar a un lado la historia que la condenó a prisión, por lo que sus siguientes pasos serían para “limpiar su nombre”, además de revelar que estaban de acuerdo con la decisión del juez.

“El juez reconoció legítimamente que Anna no es un peligro para la comunidad... Si bien todavía hay algunos obstáculos que superar en las condiciones de su liberación, Anna está encantada de salir para poder concentrarse en apelar su condena injusta”, afirmó el abogado Duncan Levin en un comunicado a la opinión pública.

Anna Sorokin en ‘Inventando a Anna’

El nombre de Anna Sorokin o Anna Delvey se ha vuelto común gracias a la serie de Netflix ‘Inventing Anna’, que relata la historia de cómo ella se hizo pasar por una millonaria heredera alemana para estafar a muchos otros millonarios de Nueva York. A ella la atraparon en 2019 y hasta hoy pagó una condena por sus fraudes en la cárcel de Orange County, en el estado de Nueva York. En la serie el personaje de Anna es interpretado por Julia Garner (Ozark) y ha sido un éxito en el mundo.

Pero según el diario The Daily Mail, que conversó con la convicta Delvey, de 31 años, planea ver la serie una vez termine su condena, que puede ser entre cuatro y 12 años, y enseguida piensa escribir sus memorias para contar la verdadera historia.

Delvey se hizo pasar por una amante del arte y miembro de la alta sociedad. Se mostraba muy glamurosa, tal y como correspondía a una heredera de una fortuna de más de 60 millones de dólares. Pero en realidad, Delvey era la hija de un camionero ruso que había mudado a su familia a Alemania.

A su llegada a Estados Unidos en 2011 comenzó a engañar a bancos, bufetes de abogados, hoteles, diseñadores de moda, una compañía de aviones privados y amigos por más de 200 mil dólares. Durante 10 meses se instaló en ostentosos hoteles boutique en el centro de Manhattan, se vistió de Balenciaga y Céline y frecuentaba los más lujosos restaurantes.

El año anterior esta artista del engaño salió en libertad condicional y volvió a sus mismos fraudes. A una agencia de publicidad, entre cuyos clientes tiene a la firma Moncler, le robó casi 20.000 dólares por un plan que ella iba a llevar a cabo y que consistía en mostrar su colección privada de obras de arte. Al dueño de la agencia le daba permanentemente excusas para no pagarle. Incluso quería lanzar una colección de ropa llamada Corrections Collection, que contendría prendas cómodas para estar en casa inspiradas en la prisión. Durante su libertad condicional debía presentarse regularmente a una oficina. Ana lo hacía, pero vestida con trajes de diseñadores famosos y en limusina.

Anna tuvo que volver tras las rejas y allí estuvo desde el 26 de marzo del año pasado, hasta hoy.