Los aeropuertos suelen ser lugares de paso, con pocas opciones para divertirse o quedarse para pasar la noche. Llegadas, salidas, viajeros corriendo por los pasillos de los aeropuertos, unos sentados, otros de pie o durmiendo en el piso esperando su próxima conexión, así es, usualmente, el ambiente que se vive en un aeropuerto como el de Nueva York, que recibe aproximadamente a 30 millones de pasajeros anuales.
Algunos aeropuertos cuentan con zonas especiales para pasajeros que deben esperar largas horas para tomar otro vuelo, una espera que puede durar hasta 2 días y deben pasar la noche dentro de las instalaciones del aeropuerto, sin un hospedaje cómodo.
Una de esas zonas, que para muchos es desconocida, es el hotel TWA que está ubicado dentro de las instalaciones del aeropuerto J.F Keneddy y que era el emblemático TWA Flight Center, creado en 1962 como una terminal aérea de Trans World Airlines, una aerolínea que después sería adquirida por American Airlines.
En los años sesenta el arquitecto Ero Saarien fue quien diseñó este complejo que servía como terminal aérea en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, declarado años después como Monumento Histórico de Nueva York en 1994.
En el 2019 y luego de varias modificaciones estructurales, el TWA pasó a ser un hotel de lujo donde se puede hacer un verdadero viaje al pasado, debido a su estructura y apariencia de la década de 1960 y donde no solo se puede pasar la noche, sino también el día, pues los pasajeros que tengan largas conexiones y solo quieran reservar una habitación diurna tienen la opción de hacerlo.
Insider, una de las revistas de investigación más importantes de Estados Unidos, realizó una reseña sobre el hotel asegurando que cada rincón del lugar contenía decoración histórica de las aerolíneas en años anteriores. Por ejemplo, la recepción luce igual a un counter de facturacion de los aeropuertos donde reciben las maletas que deben subirse al avión, hay numerosos carteles a blanco y negro que muestran a viajeros de la época, y los muebles son típicos de los años 60.
El hotel cuenta con 512 habitaciones con vista a las pistas del aeropuerto; la decoración dentro de las habitaciones también hace parte de la moda retro de los 60, con teléfonos de dial rotatorio o teléfonos de disco, además de los kits del baño que también son acordes a la temática.
Otro de los atractivos del hotel es el museo con exhibiciones de trajes de azafatas y pilotos de diferentes aerolíneas a través de la historia, “artículos del servicios a bordo como naipes dorados, vajilla plateada, de una era más elegante, son gratuitas y siempre están abiertas al público”, dice la página de internet del TWA.
“Los visitantes pueden explorar 37 uniformes completos de la TWA de 1945 a 2001, carteles de viaje originales de la TWA de David Klein y artefactos de la TWA a gran escala”, agrega la descripción del hotel.
El hotel cuenta también con una piscina en la terraza, que está abierta todo el año al igual que el bar; las políticas de ingreso se rigen dependiendo de la estación del clima: verano, otoño e invierno y primavera.
Según Insider, se debe pagar 50 dólares por la reserva de la piscina si no se está hospedado en el hotel. El agua de la piscina es caliente para que los huéspedes puedan disfrutarla sin problema en el frío invierno de Nueva York.
Los precios del hotel varían por estadía (diurna y nocturna) y por habitación. Si se busca reservar una habitación de lujo, los precios llegan desde los 300 dólares por noche hasta los 770 dólares, dependiendo del número de camas disponibles y de huéspedes.