Aviones de combate F-16 de Estados Unidos interceptaron este martes 18 de octubre dos bombarderos rusos en el espacio aéreo internacional cerca del estado de Alaska, dijo el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD).
Los bombarderos Tu-95 fueron interceptados después de “ingresar y operar dentro de la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Alaska”, dijo NORAD en un comunicado. Los aviones rusos “permanecieron en el espacio aéreo internacional y no ingresaron al espacio aéreo de Estados Unidos o Canadá”, precisó el comando norteamericano.
La zona de identificación de defensa aérea (conocida por la sigla ADIZ) es un perímetro en el que el tráfico aéreo es monitoreado por las fuerzas armadas de uno o más países, más allá de su espacio aéreo nacional, para tener un tiempo de reacción extra en caso de una maniobra hostil.
Si bien las tensiones son altas entre Estados Unidos y Rusia por la invasión de Ucrania por parte de Moscú, NORAD dijo que los bombarderos no eran vistos como una amenaza o una provocación.
“NORAD rastrea e identifica positivamente las aeronaves militares extranjeras que ingresan a ADIZ” y “supervisa de forma rutinaria los movimientos de aeronaves extranjeras y, según sea necesario, las escolta desde ADIZ”, señala el comunicado.
Rusia suele realizar maniobras militares en esta época del año, que incluyen pruebas de misiles balísticos, aunque no estaba claro si la presencia de los bombarderos estaba relacionada con los ejercicios. Las intercepciones de aviones de Rusia en el área, que está cerca de la frontera oriental del país, son relativamente frecuentes.
Independientemente del encuentro cercano entre estas dos poderosas aeronaves, Estados Unidos sigue realizando operaciones en pro de su seguridad. Hace unos días la Marina del país desplegó su portaaviones más avanzado, el USS Gerald Ford, un barco de 100 mil toneladas a propulsión nuclear, equipado con un nuevo tipo de catapulta y diseñado para equiparse con armas de última generación.
El buque de 335 metros, que costó más de 13 mil millones de dólares, partió de su puerto base de Norfolk, en el estado de Virginia (este), escoltado por su grupo aeronaval, para varias semanas de maniobras con infantes de marina de nueve países aliados, incluidos Francia y Canadá.
“El USS Gerald Ford está desplegado para ‘demostrar sus capacidades letales sin igual en todas las áreas’”, dijo el almirante Daryl Caudle, comandante de las Fuerzas Navales de Estados Unidos, en un comunicado.
Los ejercicios multinacionales en el Atlántico se centrarán en la defensa antiaérea, el combate antisubmarino, las medidas antiminas y las operaciones anfibias, precisó la Marina. Los portaaviones de la clase Gerald Ford, bautizado en honor del presidente número 38 de Estados Unidos, reemplazarán a los portaaviones de la clase Nimitz, que están llegando al final de sus 50 años de servicio programado.
Inaugurado en 2017 por el expresidente Donald Trump, tras un retraso de dos años en la entrega, el USS Gerald Ford ha sido sometido desde entonces a múltiples pruebas para determinar si está listo para la guerra. El barco, que requiere una tripulación pequeña en comparación con los portaaviones de la clase Nimitz, puede pesar más de 100 mil toneladas cuando está completamente cargado, alcanzando una velocidad de 54 km/h.
*Con información de AFP.