Sin confirmar o desmentir la noticia, la Embajada de Colombia en los Estados Unidos se pronunció, tras las versiones que apuntan a que el emblemático informe sobre los cultivos de coca en el país no va más.
“Colombia y Estados Unidos son aliados estratégicos en la búsqueda de soluciones al problema de las drogas y hacia la construcción de paz en Colombia. La estrecha colaboración fruto de nuestro trabajo bilateral, basada en la confianza y el mutuo compromiso, es fundamental para lograr este objetivo compartido”, señala el documento publicado por el cuerpo diplomático.
Además, agregan que Colombia y Estados Unidos abordan “el impacto negativo de la economía de las drogas ilegales desde un amplio espectro que comprende el daño causado por el consumo y los eslabones del tráfico en su totalidad. En línea con estos principios, el presidente Gustavo Petro propone una nueva política de drogas en Colombia, que busca reducir las vulnerabilidades asociadas a la producción y uso de sustancias psicoactivas, así como las capacidades de las organizaciones multicrimen”.
Al final, aseguran que “bajo el principio de responsabilidad compartida, estamos redoblando esfuerzos para desarticular las redes criminales relacionadas con el tráfico de drogas ilícitas, fomentando la seguridad, el desarrollo social inclusivo y la protección del medioambiente. La colaboración entre Estados Unidos y Colombia fortalece la estabilidad y el progreso en la región, y ambos países se apoyan mutuamente en la búsqueda de soluciones efectivas a las problemáticas globales”.
En la mañana del martes, información de medios había alertado que el informe anual de drogas no iba a volver a realizarse. Se trataba del monitoreo más esperado del año en materia de lucha contra los cultivos ilícitos. Y se consideraba el punto de referencia para medir el éxito o el fracaso de ese trabajo, que financia en gran parte los Estados Unidos en el país.
Un posible giro en la política antidrogas de la Casa Blanca se podría atribuir a que los objetivos de ese país han cambiado. Por ejemplo, hoy es claro que más que la cocaína, el país tiene una enorme preocupación por drogas como el fentanilo.
Hace poco, Estados Unidos reunió a decenas de países en un intento de combatir esa sustancia, con la notoria ausencia de China, acusada de ser la principal fuente de las sustancias químicas con las que los carteles mexicanos fabrican ese opioide. En una reunión virtual, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, dijo a los ministros de más de 80 países, entre los que figura México, que Estados Unidos era “el canario en la mina de carbón” porque acusó el golpe antes que otros.
Casi 110.000 estadounidenses murieron en 2022 por sobredosis de drogas, la mayoría por opioides sintéticos como el fentanilo, hasta 50 veces más potente que la heroína. “Una vez saturado el mercado estadounidense, las empresas criminales transnacionales se dirigen a otros sitios para ampliar sus beneficios”, afirmó Blinken. “Si no actuamos juntos con una urgencia extrema, más ciudades de todo el mundo soportarán los costos catastróficos” que se ven en Estados Unidos.
La adicción en Estados Unidos se disparó a partir de la década de 1990, cuando las empresas farmacéuticas comercializaron agresivamente los analgésicos, con un efecto desproporcionado en los veteranos de las guerras en Irak y Afganistán. En respuesta, Washington presionó a China, de donde procede la mayoría del fentanilo, para que prohibiera las exportaciones, lo que hizo en 2019.
Pero China sigue siendo un productor de las sustancias químicas (llamadas precursores) que se usan para fabricar fentanilo. Parten a México y América Central, donde los carteles producen analgésicos y los introducen de contrabando en Estados Unidos.
En un contexto de gran tensión en las relaciones entre China y Estados Unidos, los congresistas estadounidenses han culpado públicamente a Pekín de la epidemia de opiáceos y piden que se tomen medidas enérgicas. China rechazó la invitación a participar en la reunión alegando que cree en la cooperación internacional contra las drogas, pero estima que Estados Unidos ha transmitido un mensaje equivocado al imponer sanciones a empresas chinas por tráfico de fentanilo.
China “se opone firmemente a desprestigiar y atacar a otros países o a imponer sanciones unilaterales a otros países en nombre de la lucha antinarcóticos”, declaró en Pekín el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Weng Wenbin.
Por ahora, ni el Gobierno colombiano ni el de Estados Unidos han confirmado, sin embargo, le eliminación de este mecanismo de monitoreo en Colombia.
*Con información de la AFP.