Las autoridades de Estados Unidos informaron este viernes que un exempleado de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) del país fue capturado por violar presuntamente la ley de espionaje al intentar vender secretos de Estado a terceros.
El Departamento de Justicia indicó que el hombre fue identificado como Jareh Dalke, de 30 años, quien fue acusado de tratar de entregar información clasificada en materia de defensa al representante de un país extranjero.
Dalke, del estado de Colorado, llevaba menos de un mes trabajando para la NSA como diseñador de seguridad informática y habría utilizado correos electrónicos encriptados para enviar tres documentos clasificados a quien creía que era un agente extranjero, según documentos judiciales. Sin embargo, dicha persona era un agente de la Policía Federal (FBI) encubierto.
Los documentos, que Dalke obtuvo mientras trabajaba en la NSA, están relacionados con la capacidad de Estados Unidos de defenderse ante amenazas y los planes de la agencia para mejorar programas criptográficos.
Dalke abandonó la NSA a principios de julio alegando motivos personales y comenzó a intercambiar correspondencia con el agente encubierto.
Posteriormente, se presentó como candidato para ocupar un puesto en la agencia, lo que levantó las sospechas por parte de las autoridades.
Jefe del Ejército de EE. UU., acusado de conspirar para dar a Rusia datos médicos del personal militar
Así mismo, se conoció otro caso que involucra al comandante y médico del Ejército de Estados Unidos, Jamie Lee Henry, y su esposa, la anestesista Anna Gabrielian, quienes fueron acusados de conspirar para ofrecer información de los registros médicos del personal militar e incluso del Gobierno a los servicios de Inteligencia rusos.
Henry y Gabrielian fueron detenidos y puestos bajo arresto domiciliario tras comparecer ante un juez federal, que le impuso a la mujer también una fianza de 500.000 dólares, según el informe de la Fiscalía de Maryland al que tuvo acceso la cadena CNN.
El arresto se llevó a cabo después de que Gabrielian y Henry mantuvieran una conversación el pasado mes de agosto con un agente del FBI que se hacía pasar por un funcionario del Gobierno ruso. Meses antes, la mujer se había puesto en contacto con la Embajada rusa para ofrecer su ayuda y la de su esposo.
De acuerdo con la declaración del agente encubierto que aparece en el informe de la acusación, Gabrielian afirmó sentirse “motivada por el patriotismo ruso” y que por ello estaba dispuesta a ofrecerles su ayuda, aunque eso supusiera su entrada en prisión.
En aquella conversación habría insinuado que Henry podría facilitar información sobre el entrenamiento impartido ahora a las tropas ucranianas.
En otra reunión, Henry dijo que intentó unirse como voluntario al Ejército ruso después de que comenzara la invasión a Ucrania, pero que tuvo que dar marcha atrás por carecer de la experiencia en combate necesaria y que si Estados Unidos declaraba la guerra a Rusia, tendría que resolver “ciertos problemas éticos”.
A su vez, Henry habría dado los registros médicos de un oficial del Ejército, un empleado del Departamento de Defensa y los cónyuges de tres veteranos, todos ellos de la base de Fort Bragg en la que está asignado como médico.
La información que Gabrielian ofrecía era de la institución médica de Baltimore en la que trabajaba.
*Con información de Europa Press.