El expresidente de Estados Unidos Donald Trump les reprochó a los judíos estadounidenses no “apreciar” lo suficiente a Israel y les advirtió que, en caso de que no actúen de manera unida cuanto antes, puede que después “sea demasiado tarde”.

Trump usó su red social, Truth Social, para volver a criticar a la comunidad judía estadounidense, a la que no perdona que vote mayoritariamente a los demócratas.

“Ningún presidente ha hecho más por Israel que yo. Sorprendentemente, nuestros maravillosos evangélicos aprecian mucho más esto que la gente de fe judía, especialmente los que viven en Estados Unidos”, escribió Trump.

“Aquellos que viven en Israel, sin embargo, son una historia diferente: ¡El índice de aprobación más alto del mundo, fácilmente podría ser primer ministro!”, agregó el millonario.

No es la primera vez que Trump reprocha a sus compatriotas judíos, supuestamente por no hacer lo suficiente por Israel. Ya el año pasado aseguró en una entrevista que “al pueblo judío en Estados Unidos no le gusta o no le importa Israel” y que hay personas en Estados Unidos “que son judíos y ya no aman a Israel”.

En esa línea, aseguró para la revista judía ortodoxa Ami Magazine que “los judíos que viven en Estados Unidos no aman lo suficiente a Israel” y que le resultaba “extraño” que él no tuviera un apoyo más fuerte dentro de la comunidad judía.

Cuando fue presidente, Trump reconoció a Jerusalén como la capital de Israel

Desde la Casa Blanca, Trump pronunció un discurso, que en su momento generó bastante polémica: para el gobierno estadounidense, Jerusalén se convirtió en la capital de Israel. Los líderes de todas las naciones del mundo árabe rechazaron la decisión y expresaron su temor ante la posibilidad de que el conflicto palestino-israelí volviera a salirse de control.

La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE) de la época, Federica Mogherini, dijo en aquella ocasión que “Trump puede llevarnos a tiempos aún más oscuros de los que vivimos hoy” y subrayó que la posición de la UE sobre el estatus de Jerusalén “permanece igual”.

El papa Francisco invitó al magnate a dar muestras de “sensatez y prudencia”, y a respetar “las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas”. Con esa maniobra, la atención sobre los escándalos internos que tuvo el gobierno Trump comenzó a desviarse hacia Oriente Medio y la polémica decisión.

Trump había prometido durante la campaña presidencial reconocer a Jerusalén como capital israelí a la comunidad judía de su país, que le brindó un importante apoyo. Así, Trump logró contentar a muchos personajes poderosos, incluido el magnate Sheldon Adelson, dueño de casinos y uno de los principales donantes de su campaña presidencial, que desembolsilló 25 millones de dólares a un Comité de Acción Política que apoyaba a Trump.

Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí de ese momento, celebró aquel anuncio. En una alocución televisiva, el mandatario afirmó: “Era un día histórico. Jerusalén ha sido la capital de los judíos durante tres mil años y la capital de Israel por casi 70 años. Presidente Trump: gracias por la decisión de hoy. El pueblo y el Estado judíos estaremos por siempre agradecidos”.