Un individuo de la especie okapi, la cual se encuentra en vía de extinción, nació en el zoológico de Oklahoma, Estados Unidos. Según explicó la institución, estos animales de características únicas estarían desapareciendo por la caza furtiva, así como la pérdida de su hábitat, debido a la deforestación de los bosques y el aumento de asentamientos humanos.
Entre tanto, la noticia del nacimiento del ternero fue celebrada con ánimos por el Zoológico y Jardín Botánico de la Ciudad de Oklahoma. Aunque lo anunciaron hasta este jueves 15 de septiembre, el animal nació el miércoles 7 sobre las 3:00 de madrugada en el establo de la institución, según informaron en un comunicado.
Los padres del recién nacido son la hembra llamada Kayin, de seis años, mientras que el padre es Bosomi, de cuatro años. Según indicó el zoológico, la cría, que es macho, es el séptimo okapi que nace en la institución.
“Estamos encantados con la llegada de la primera cría de Kayin y le damos la bienvenida a esta nueva generación a nuestra familia de okapi... Kayin está siendo una madre primeriza muy atenta y demuestra un cuidado materno excepcional. Su nuevo ternero está sano y fuerte, y está cumpliendo sus hitos, incluida la lactancia y el vínculo con la madre”, afirmó Tracey Dolphin, quien es la encargada de los animales de pezuña y primates del zoológico.
Además, se recalcó que el equipo de veterinaria de la institución ya hizo exámenes médicos al recién nacido e informaron que pesó 57 libras y se encontraba bien de salud. Agregaron que una hora después de su nacimiento el okapi se puso de pie y pudo alimentarse de su madre, lo que sería vital para su supervivencia y desarrollo.
“La cría de Kayin permanecerá entre bastidores en el establo de okapi mientras entra en una fase de “anidación” durante varias semanas. Las crías de Okapi anidarán en la vegetación, conservando su energía, principalmente solo amamantando y durmiendo”, explicó el zoológico, afirmando que los visitantes solamente podrán ver al padre de la cría.
Se informó que esta especie es nativa de República Democrática del Congo, en África central, y son conocidos como “fantasmas de los bosques”, ya que son solitarios y permanecen en el mencionado ambiente.
Los okapis serían los únicos parientes que aún existen de la jirafa, aunque no tienen un cuello alargado, su pelaje es café, tiene orejas grandes y redondas, así como sus extremidades son rayadas, como las cebras.
“Las poblaciones de okapi en la naturaleza, estimadas entre 10.000 y 50.000, están disminuyendo actualmente principalmente debido a la pérdida de hábitat como resultado de la tala y los asentamientos humanos. La presencia de grupos armados ilegales alrededor de las áreas protegidas y la caza furtiva también son amenazas importantes”, explicó el zoológico en la misiva.
Animales están cambiando su morfología por el cambio climático
En una investigación publicada en Trends in Ecology and Evolution, la investigadora de aves Sara Ryding, de la Universidad de Deakin (Australia), comentó que “muchas veces, cuando se habla del cambio climático en los medios de comunicación, la gente se pregunta “¿puede el ser humano superar esto?” o “¿qué tecnología puede resolver esto?”.
“Ya es hora de que reconozcamos que los animales también tienen que adaptarse a estos cambios, pero esto está ocurriendo en una escala de tiempo mucho más corta de lo que habría ocurrido durante la mayor parte del tiempo evolutivo. El cambio climático que hemos creado está ejerciendo una gran presión sobre ellas y, aunque algunas especies se adaptarán, otras no”, añade.
Ryding señala que el cambio climático es un fenómeno complejo y polifacético que se ha ido produciendo progresivamente, por lo que es difícil señalar una sola causa del cambio de forma. Sin embargo, estos cambios se han producido en amplias regiones geográficas y entre una gran variedad de especies, por lo que hay poco en común aparte del cambio climático.
Los cambios de forma se han observado sobre todo en las aves. Varias especies de loros australianos han mostrado, por término medio, un aumento del 4 % al 10 % en el tamaño del pico desde 1871 y esto está positivamente correlacionado con la temperatura del verano cada año.