Una empleada de una gasolinera de Texas fue arrestada luego de abrir fuego contra un hombre que rompió un frasco de salsa en medio de un altercado verbal, afirmaron las autoridades locales.
Oficiales de la Oficina del Constable Mark Herman respondieron el viernes a una llamada acerca de disturbios y una pelea en Atascocita, Texas.
Cuando llegaron, los agentes identificaron a Breanna Miranda como la sospechosa. Una investigación sobre el caso reveló lo que sucedió antes del tiroteo.
Miranda le había dicho a un hombre que no podía entrar en la tienda. Esto provocó un altercado verbal y el hombre rompió un frasco de salsa dentro de la tienda antes de salir.
Ella procedió a seguir al hombre afuera, tomó una pistola de su vehículo y regresó a la tienda. Luego, Miranda volvió a salir y se enfrentó al hombre nuevamente antes de dispararle dos veces.
Hasta el momento, fue detenida y acusada de agresión agravada con un arma mortal. Actualmente, está privada de la libertad en la Cárcel del Condado de Harris y se le fijó una fianza de 20,000 dólares.
Hombre enojado por haber perdido las llaves del carro amenazó con un arma de fuego a otras personas en un bar
En otros hechos similares de intolerancia, los clientes de un bar de Florida (EE. UU.) fueron elogiados por su valentía, después de abordar a un hombre que apuntó con una pistola a la cabeza de una mujer y abrió fuego tras enojarse por perder las llaves de su propio auto, afirmaron las autoridades.
Según los testigos, Connor Anderson había estado el domingo en la noche con una mujer en Smiles Nite Club, en Palm Coast. Al no encontrar las llaves de su auto, “se molestó” por eso, explicó la Oficina del Sheriff del Condado de Flagler.
Anderson salió del bar y regresó con un arma de fuego, le hizo una llave a la mujer y le puso el arma en la cabeza, dijeron los agentes.
Los clientes intervinieron e intentaron desarmar a Anderson, mientras este disparó el arma aproximadamente seis veces hacia varios clientes que estaban dentro del bar, según las autoridades.
Afortunadamente, los clientes pudieron derribar a Anderson antes de que huyera del bar.
Los agentes que respondieron al llamado de emergencia dijeron que encontraron a Anderson en un estacionamiento cercano todavía armado con una pistola Glock de 9 mm. Inmediatamente, fue detenido y arrestado.
“Es sorprendente que este sujeto no haya matado ni herido gravemente a nadie durante su momento de ira por algo tan pequeño como las llaves de su auto. La violencia nunca es la respuesta y el alcohol y las armas nunca se mezclarán bien”, dijo el alguacil Rick Staly.
Staly también elogió a los clientes que intervinieron y dijo que “ponerse en peligro en este caso salvó muchas vidas”.
Hasta el momento, Anderson fue acusado de seis cargos de disparar o lanzar misiles mortales, tres cargos de asalto agravado, agresión, uso de un arma de fuego bajo la influencia de bebidas alcohólicas y exhibición indebida de armas peligrosas o armas de fuego. Actualmente está privado de la libertad en el centro de detención de reclusos Sheriff Perry Hall, con una fianza de 542.000 dólares.