Un lamentable hecho de intolerancia vuelve a ocupar la atención de las autoridades policiales de los Estados Unidos, luego de que el pasado lunes, en horas de la noche, un irresponsable cliente de un popular restaurante de comidas rápidas, KFC, desatara un tiroteo en uno de los sitios de la cadena, al manifestarse insatisfecho por el servicio recibido por parte de uno de los dependientes del autoservicio.

Según recogen medios locales en Estados Unidos, el caso tuvo lugar en las instalaciones de un restaurante de la popular cadena de pollo frito, ubicada en la localidad de San Louis, estado de Missouri, en Estados Unidos, donde tras ser informado que su pedido no podía ser entregado a cabalidad, en tanto el punto de venta estaba desabastecido de uno de los ingredientes (maíz), un cliente decidió arremeter violentamente contra uno de los empleados.

En el escenario, la insatisfacción y violencia expuesta por el hombre llegaron a tal límite que incluso optó por desenfundar un arma que llevaba consigo para emprender un tiroteo que afortunadamente no cobró víctimas mortales.

No obstante, según recogen medios locales en Missouri, el pistolero sí alcanzó a impactar de gravedad a uno de los trabajadores de la tienda, quien en consecuencia tuvo que ser trasladado de urgencia a un hospital cercano.

Mientras tanto, y consciente de la gravedad del escenario desatado, el pistolero, un hombre al que los testigos describieron como un hombre afroamericano, delgado, y de entre 40 y 50 años, emprendió la huida, siendo ahora objeto de las pesquisas y labores de inteligencia por parte de las autoridades policiales.

De acuerdo con el reporte de las autoridades, el tiroteo se desató el pasado lunes, 12 de diciembre de 2022, pasadas las 6:30 p. m., cuando el cliente acudió al restaurante a través del servicio ‘atención al carro’, e incluso, mediante el sistema de audio para hacer el pedido, se manifestó en desacuerdo porque el restaurante no contara con maíz.

Al acercarse a la ventanilla para recibir su pedido, el hombre visiblemente alterado siguió con sus reclamos, pese a que los empleados intentaron explicarle las razones del desabastecimiento; no obstante, estas no fueron satisfactorias para el usuario, quien se dio espacio para elevar aún más sus niveles de cólera, lo que lo llevó a desenfundar el arma y atentar contra la vida del trabajador.

Recientemente, en el estado de Maryland, otro escenario de intolerancia por parte de clientes en contra de trabajadores de tiendas fue reportado por las autoridades, cuando un cliente acudió a un minimercado ubicado en una gasolinera próxima a su lugar de residencia para comprar algunos abarrotes. Pero un cruce de palabras con el encargado de la caja registradora desató un escenario en que los ánimos fueron subiendo de temperatura, pasando del lanzamiento de comida al uso de objetos contundentes, y finalmente, al uso de un arma de fuego.

Las cámaras de seguridad fueron claves para determinar la responsabilidad del cliente, quien en medio del caso de asesinato que acababa de efectuar, atentando contra la vida del empleado, una persona mayor, salió del lugar tranquilamente y consumiendo algunos alimentos para dirigirse a su casa.

En medio de las investigaciones, los otros trabajadores de la tienda identificaron al agresor, calificándolo como ‘un cliente con historial de problemático’, informando a su vez que él vivía en un conjunto residencial próximo, hasta donde llegaron las autoridades para arrestarlo.

No obstante, el hecho más sorprendente de este caso es que, en medio del operativo para el allanamiento de la residencia del pistolero, los agentes policiales se encontraron ‘por casualidad’ con un cadáver en estado de descomposición al interior del apartamento del atacante, lo que desencadenó una nueva investigación.

En ese sentido, el detenido afirmó que la persona que se encontraba en estado de descomposición se trataba de su expareja sentimental, una mujer que además se encontraba en estado de embarazo y quien había resultado muerta un mes atrás en medio de una riña doméstica. De momento nadie había reportado su desaparición ni los vecinos se habían dado cuenta de irregularidades en el apartamento donde yacía el cuerpo en descomposición.