Este lunes 29 de agosto entró en vigor la ley que prohíbe la venta de las populares latas de crema batida en aerosol a menores de 21 años en Nueva York, Estados Unidos.
De acuerdo con la ley que entró en funcionamiento, se sancionarán a quienes vendan este tipo de frascos a menores de 21 años, y deberán pagar multas de 250 dólares si los sorprenden por primera vez, pero si son reincidentes la sanción será de 500 dólares.
Según la nueva ley, este tipo de lata de crema batida fue prohibida porque estaba siendo empleada por los jóvenes como un narcótico, ya que aspiraban el óxido de nitrógeno que el envase contiene en su interior.
Cabe recordar que el óxido de nitrógeno es conocido como el gas de la risa, pero que separado de un envase enlatado puede generar una sensación de euforia de corta duración.
En ese sentido, las personas que quieran comprar este tipo de productos deberán presentar su documento de identidad, con el fin de verificar su edad, tal cual como sucede con la venta de bebidas alcohólicas y cigarrillos, y así determinar si la persona puede o no comprar estos aerosoles en lata.
En Nueva York alertan sobre ‘juego’ para noquear a desconocidos en las calles
Durante los ocho meses del año, la Policía de Nueva York ha registrado al menos 20 incidentes de un reto viral que está poniendo en riesgo la vida de los ciudadanos. Se trata del juego del KO o del ‘knockout’, mismo que consiste en golpear sin previo aviso ni consentimiento a desconocidos en medio de las calles de la ciudad.
Entre las víctimas de este reto, un hombre que casi muere en el Bronx, así como una mujer de 74 años de edad, entre otras personas que se han visto afectadas por los puñetazos de jóvenes que se atreven a desafiar a la justicia y hacer daño a desconocidos sin motivo aparente.
“El ‘knockout game’ ha vuelto. El ataque a los neoyorquinos es muy real. Tenemos que tener la cabeza bien puesta... No son solo los enfermos mentales los que cometen estas agresiones. Hay individuos enfadados, aburridos y descarados, que saben que no van a ser perseguidos”, explicó para el New York Post, Michael Alcazar, quien es un detective retirado, recordando que hace más de 20 años, en 1992, también estuvo de moda el mismo reto e incluso tendría su primera aparición en ese año.
Se explicó que este tipo de agresiones estarían quedando impunes, debido a las dificultades de contar con pruebas, así como a la identificación de los agresores, según indicó el medio mencionado, afirmando que la carencia de castigos contra la práctica podría motivar a que otros más se sumen al “juego”.
“Si la persona está mentalmente enferma, entra en observación y la deja salir, y si no está mentalmente enferma, la deja salir aún más rápido... No hay consistencia de castigo o consistencia de tratamiento para las personas que participan en esta actividad. Lo que me preocupa es el problema de la imitación. La gente lo ve, ve que no les pasa nada a las personas que lo están haciendo, y puede sentirse tentado a hacerlo”, explicó Bill Bratton, excomisionado de la Policía de Nueva York para el New York Post.