Pese a que recientemente el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, destacó el acuerdo laboral logrado entre empresarios y trabajadores del sector ferroviario, uno de los sindicatos amenazó con irse a la huelga al rechazar los términos del pacto suscrito previamente.

Se trata de los conductores de los trenes que no están de acuerdo con el pacto laboral suscrito en septiembre por sus representantes en la mesa de negociación, por lo que ese país está a las puertas de una huelga que podría estallar a pocas semanas de la temporada de Navidad y fin de año.

Los dos sindicatos son la división de transporte del sindicato Sheet Metal, Air, Rail, Transportation, (SMART-TD) que representa a unos 28.000 conductores, y la Brotherhood of Locomotive Engineers and Trainmen(BLET), que representa a unos 24.000 ingenieros.

Las dos agrupaciones sindicales llegaron a un acuerdo laboral que terminó en una maratónica sesión de 20 horas, precisamente poco antes de que terminara el período de negociaciones y se anunciara la posibilidad de una parálisis en el sector.

Incluso, el presidente, Biden, calificó en su momento esos acuerdos como “una victoria para decenas de miles de trabajadores ferroviarios y para su dignidad y la dignidad de su trabajo”.

En las negociaciones participaron inicialmente los sindicatos que representan a los ingenieros y a los conductores. Los primeros ratificaron el acuerdo, mientras que los segundos no lo hicieron.

Del sindicato Sheet Metal, Air, Rail, Transportation, (SMART-TD) hacen parte los maquinistas y conductores, es decir, las tripulaciones de trenes de dos personas.

La ratificación del acuerdo laboral fracasó debido a que, según las reglas del sindicato, se requieren que cada una de las cinco clases de trabajadores dentro del sindicato debían aprobarlo y firmarlo.

La preocupación por una huelga en el sector ferroviario es enorme porque el 30 % de la carga del país se mueve a través de ese medio, con lo cual se podrían presentar afectaciones en las cadenas de suministro y la economía de ese país. | Foto: Allard Schager

A pesar de que 64,5 % de los operarios de las locomotoras que trabajan al lado de los maquinistas apoyaron el acuerdo, el 50,87 % de los miembros del servicio de trenes y motores del sindicato votaron en contra.

Los miembros de este sindicato argumentaron que no recibieron la misma mejora en el contrato de trabajo que otros miembros de SMART-TD, por lo que rechazaron el acuerdo que no entró en vigencia y tiene al sector al borde de la parálisis de actividades.

Aunque la representación sindical anunció la posibilidad de un cese de labores, indicó que permanecerán en sus sitios de trabajo a la espera de reanudar las negociaciones con los empresarios.

Se busca que antes del 9 de diciembre se llegue a un nuevo acuerdo que evite la huelga. Esa fue la fecha definida por los trabajadores como límite para la hora cero del inicio de la parálisis laboral.

A la negativa de ratificar el acuerdo se suma la decisión de otros tres sindicatos ferroviarios de apartarse de acuerdos similares y que representan a los trabajadores de mantenimiento de vías, a quienes son encargados de del mantenimiento y operación del sistema de señales, así como otro del que hacen parte mecánicos de locomotoras y soldadores.

En Estados Unidos funcionan 12 sindicatos ferroviarios, los cuales han advertido que aunque uno solo de ellos se fuera a la huelga, respetarían el cese de operaciones, con lo cual se afectaría todo el sistema.

Aunque se advirtió que en caso de llegarse a una situación extrema como esta, el Congreso de Estados Unidos podría intervenir para evitar que se presente una parálisis de ese sector, como ha sucedido frente a la solicitud de otros grupos empresariales.

La preocupación por una huelga en el sector ferroviario es enorme porque el 30 % de la carga del país se mueve a través de ese medio, con lo cual se podrían presentar afectaciones en las cadenas de suministro y la economía de ese país.