Estados Unidos anunció este jueves -9 de febrero- un paquete inicial de 85 millones de dólares para ayuda de emergencia tras el devastador terremoto en Turquía y Siria.
Así lo señaló la agencia estadounidense para el desarrollo internacional (USAID), que declaró en un comunicado que estos fondos se destinarán a organizaciones socias “para entregar urgentemente la ayuda necesaria a millones de personas”, incluyendo alimentación, refugio y servicios de salud de emergencia.
Ese país ya envió equipos de rescate a Turquía y ha contribuido con rompedores de concreto, generadores eléctricos, purificadores de agua y helicópteros, dijeron funcionarios.
La asistencia para Siria está llegando a través de socios locales dado que Estados Unidos se rehúsa a tratar con el presidente sirio, Bashar al Asad, al que Washington le exige responsabilizarse sobre los abusos en la larga guerra civil.
El anuncio se conoce luego de que las autoridades de Turquía elevó este jueves a más de 16.100 los muertos a causa de los terremotos registrados el lunes en el sur del país, cerca de la frontera con Siria, un país en el que han muerto más de 3.000 personas, según los últimos balances.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, indicó que hasta el momento se ha confirmado el fallecimiento de 16.170 personas, tras señalar que el número de heridos asciende a 64.194, según reportó la agencia estatal turca de noticias, Anatolia.
“Cientos de miles de personas participan en los esfuerzos de ayuda. Todo tipo de equipos y vehículos de todo el país han sido dirigidos a la región”, destacó el mandatario turco, quien se encuentra en la zona afectada supervisando los esfuerzos de búsqueda y rescate.
Este jueves, el Parlamento turco aprobó la declaración del estado de emergencia durante un periodo de tres meses en las diez provincias damnificadas, una propuesta presentada el martes por el propio Erdogan.
Cifras en Siria
En el caso de Siria, los muertos llegan a 3.000 personas, mientras que otras 5.000 resultaron heridas en zonas controladas por las autoridades, según datos del Ministerio de Sanidad que fueron reveladas por la agencia estatal de noticias, SANA.
Estos datos corresponden a las provincias de Alepo, Hama, Latakia, Tartus y las zonas de Idlib en manos de las fuerzas gubernamentales.
A las cifras gubernamentales sirias hay que sumar más de 1.900 muertos y 2.950 heridos en las zonas controladas por los rebeldes en las provincias de Idlib y Alepo (noroeste), según informó la Defensa Civil de Siria, conocida como ‘cascos blancos’, a través de su cuenta en Twitter.
El organismo insistió que “se espera que el balance aumente significativamente, ya que cientos de familias permanecen atrapadas bajo los escombros más de 75 horas después del terremoto.
A las pérdidas humanas se suman las económicas, que según la agencia de calificación Fitch probablemente pueden “superar los 2.000 millones de dólares” y “podrían alcanzar los 4.000 millones de dólares o más”.
Unas 23 millones de personas están “potencialmente en riesgo, incluidos unos cinco millones de personas vulnerables”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que teme una grave crisis sanitaria, con enfermedades como el cólera, que causaría aún más daños que el terremoto.
En la ciudad turca de Antakya, los supervivientes buscaban a sus familiares difuntos entre bolsas mortuorias depositadas en un estacionamiento convertido en una morgue improvisada.
“Encontramos a mi tía, pero no a mi tío”, dijo con voz ahogada Rania Zaboubi, una refugiada siria, que perdió a ocho familiares.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, instó el jueves al Consejo de Seguridad a autorizar la apertura de nuevos puntos fronterizos entre Turquía y Siria para entregar ayuda humanitaria de la ONU a las víctimas del terremoto.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó que la entrega incluye mantas, colchones, tiendas de campaña y artículos básicos de socorro para cubrir las necesidades de al menos 5.000 personas.
Aunque era un paquete de asistencia previsto desde antes del sismo, “podría considerarse una respuesta inicial de Naciones Unidas y debería continuar, como nos prometieron, con convoyes más grandes para ayudar a nuestra gente”, dijo Mazen Alloush, responsable del paso fronterizo.
También en Siria, el derrumbe de una represa de tierra provocado por el sismo obligó a la mayoría de los habitantes del pueblo de Tlul, en el noroeste, a huir.
En una región de recurrente actividad sísmica, el terremoto del lunes es el más fuerte en Turquía desde 1939, cuando una sacudida mató a 33.000 personas en la provincia oriental de Erzincan.
En 1999, otro sismo de magnitud 7,4 causó más de 17.000 muertes.
* Con información de AFP y Europa Press.