Autoridades de Estados Unidos dieron a conocer este miércoles 14 de septiembre, la imposición de un nuevo paquete de sanciones contra diez personas y dos entidades por los delitos cibernéticos relacionados con el Gobierno Iraní.
En ese sentido, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro a través de un comunicado que las organizaciones afectadas son Afkar Systema Yazd Company y Najee Technology Hoosdhmand Fater, por el uso del el ‘ransomware’, mecanismo que según la entidad ha impedido el correcto funcionamiento por parte de empresas a nivel global.
“Los individuos y entidades están relacionadas con la Guardia Revolucionaria de Irán y han sido incluidos en la lista independientemente de su origen o su lugar de operaciones. Todos ellos han realizado acciones que ponen en peligro la seguridad física y la economía de Estados Unidos y otras naciones”, manifestó Brian E. Nelson, subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera.
Asimismo, el Tesoro seguirá trabajando y coordinando la acción con sus “aliados a nivel global para combatir las amenazas de este tipo, entre ellas las relacionadas con la Guardia Revolucionaria”.
Los pagos por este tipo de delitos cibernéticos han ascendido en Estados Unidos a los 590 millones de dólares a lo largo del 2021 en comparación con los 416 millones pagados el presente año, y según el Gobierno, este tipo de pagos muestran solo una fracción del daño económico provocado por los ataques cibernéticos.
“Aquellas personas que se encuentran detrás de estos incidentes buscan dañar a Estados Unidos y extorsionar al pueblo estadounidense y sus aliados, así como a aquellos a los que Washington ofrece servicios financieros”, agregó Nelson.
En ese orden de ideas, el Gobierno de Estados Unidos afirmó que no tolerarán más actividades cibernéticas maliciosas y las acciones tomadas muestran el “compromiso de Estados Unidos para hacer frente a estas estructuras y actores”.
Antony Blinken ve improbable un acuerdo nuclear a corto plazo con Irán
El Gobierno de Estados Unidos, afirmó el pasado martes 13 de septiembre, que las reclamaciones de Irán hacen que sea improbable reactivar a corto plazo el acuerdo nuclear estipulado en 2015, en medio de las negociaciones para resolver las diferencias provocadas por la decisión de Washington de retirarse del mismo en 2018.
“Lo que hemos visto durante la última semana más o menos en lo relativo a la respuesta de Irán a la propuesta presentada por la Unión Europea (UE) es claramente un paso atrás y hace improbable un acuerdo a corto plazo”, indicó Antony Blinken, secretario de Estado del país norteamericano.
Asimismo, Blinken antes de negarse a dar “un plazo de tiempo” sobre el acuerdo, manifestó que “ya han escuchado a la UE y en particular al llamado E3 -integrado por Francia, Reino Unidos y Alemania- pronunciarse sobre los últimos acontecimientos”.
Del mismo modo, el funcionario afirmó que Irán no está realizando los esfuerzos necesarios para llegar a un acuerdo y que “continuará intentando introducir asuntos externos en la negociación para hacer que el acuerdo sea menos probable”.
Además, Blinken volvió a reiterar que lo visto durante la semana “es un paso que nos aleja de cualquier tipo de acuerdo a corto plazo”.
Por su parte, Benjamin Gantz, ministro de Defensa de Irán, ha dado a conocer el pasado el lunes ante las Naciones Unidas que su país “ha incrementado la producción de centrifugadoras avanzadas que permitirían aumentar varios cientos de veces un enriquecimiento (de uranio) a alto nivel”.
Razón por la cual invitó a toda la comunidad internacional a unirse para “poner en marcha planes operacionales, políticos y económicos” sobre la fabricación de armas nucleares.
En ese orden de ideas, Gantz rechazó nuevamente una reactivación del acuerdo nuclear, afirmando que “no debe permitirse un acuerdo que no haga retroceder de forma significativa a Irán. Esta misión debe verse igualmente reflejada en las actividades del Consejo de Seguridad de la ONU”.
*Con información de Europa Press.