Si bien es claro que aunque ha mermado significativamente, la amenaza del covid no se ha ido. Esta semana, precisamente el pasado lunes, el gobierno de Estados Unidos, en cabeza del presidente Joe Biden, confirmó que su país pondrá fin al llamado Estado de Emergencia sanitario que actualmente está vigente, y que se ha extendido por al menos tres años.
En su anuncio, realizado ante el Congreso de su país, Biden dio a conocer además la fecha en la que se estima que dicha normativa será levantada con todo lo que ello significa. Así, esa fecha fijada corresponde al próximo 11 de mayo.
En consecuencia, según advierten medios internacionales, el levantamiento de la medida corta con el modelo de manejo de la emergencia desde las instancias federales, concediendo entonces la toma de decisiones a los estamentos del orden estatal.
Así, el manejo que se le dará al covid en Estados Unidos, adoptará un modelo similar al del control de otras enfermedades como la gripa, a la vez que implicará la reducción en los fondos nacionales que se destinaban al de ayuda federal.
De igual modo, el levantamiento del Estado de Emergencia también implicará que Estados Unidos deje de invertir en los programas de vacunación, así como en la adquisición y desarrollo de nuevas vacunas.
Así, con el anuncio de Biden, se fija la fecha final de la medida que había sido adoptada incluso antes de su llegada al mandato en Estados Unidos, donde el 13 de marzo de 2020, el expresidente Trump declaró que la enfermedad representaba una emergencia de orden ‘nacional’.
Así, pese a las sucesivas extensiones que ha tenido la medida, finalmente será levantada el próximo 11 de mayo de 2023; si nada extraordinario ocurre u obliga a reversar la medida.
Esta decisión, según refieren medios internacionales, se conoce en momentos en que grupos afines al partido Republicano en la Cámara de Representantes, abogan por un fin inmediato de la medida, advirtiendo que el país ha vuelto en gran medida a la normalidad.
“Es hora de que el gobierno enfrente los hechos: la pandemia ha terminado”, advierten algunos de los políticos, quienes además han solicitado que se estudie la forma en la que desde el gobierno federal se ha seguido la pandemia, advirtiendo la existencia de eventuales irregularidades.
En su momento, desde la Presidencia de Estados Unidos se advirtió que “un final abrupto del estado de emergencia sanitaria crearía caos y una incertidumbre de gran alcance en todo el país” y que generaría vacíos en detrimento de millones de ciudadanos frente a cómo deberían operar las instituciones para hacer frente a eventuales emergencias relacionadas.
Así, la decisión también traduce en que millones de estadounidenses van a perder algunos beneficios sanitarios adquiridos en medio de la emergencia, y esto podría representar riesgos en los próximos meses.
Lo anterior también implica que dejará de ser el Estado el que se responsabilice de la compra de vacunas para la población, lo que comenzará a significar déficit en los esquemas de vacunación en tanto, según Pfizer, una dosis de la inyección quedaría costando cerca de 130 dólares, que ahora deberán ser asumidos por los usuarios, y advirtiendo que, de momento solo 15 % de los estadounidenses ha aceptado aplicarse la cuarta dosis.
Así, con el levantamiento de la emergencia, la covid 19 pasará a ser tratada como cualquier otra enfermedad, pese a lo que ello conlleva en materia sanitaria.