El asesinato de los estudiantes de Idaho desconcertaron a Estados Unidos y, al principio, parecieron el crimen perfecto, con la Policía persiguiéndose la cola y las familias de las cuatro víctimas expresando su frustración.
No obstante, la detención de Bryan Kohberger, estudiante de doctorado en justicia penal, como principal sospechoso de la muerte de los cuatro universitarios, se da gracias a las pruebas que han demostrado que la Policía fue inducida a sospechar de él por una serie de errores de novato.
“Kohberger no es la gran mente maestra que puede haber pensado que era”, dijo a The Post Pete Yachmetz, exagente del FBI, que pasó 30 años como investigador antes de fundar su propia empresa de seguridad.
El sospechoso, de 28 años, fue detenido en casa de sus padres en Pensilvania el 30 de diciembre y acusado la semana pasada de los asesinatos de los estudiantes de la Universidad de Idaho Kaylee Goncalves, de 21 años; Madison Mogen, de 21; Xana Kernodle, de 20; y Ethan Chapin, de 20, en una residencia fuera del campus en el 1122 de King Road, en Moscú (Idaho), el 13 de noviembre del año pasado.
De acuerdo con la Policía, hubo varios hechos que los llevaron a dar con su presunta responsabilidad.
Registros del móvil
Según una declaración jurada de arresto publicada el 9 de enero, los numerosos errores de Kohberger comenzaron meses antes de los asesinatos, cuando no apagó su teléfono móvil mientras vigilaba la casa de las víctimas en King Road.
Como resultado, los datos de los registros del móvil de Kohberger sugieren que visitó la zona “en al menos 12 ocasiones antes del 13 de noviembre de 2022.”
“Obviamente estaba vigilando a las víctimas”, dijo Yachmetz sobre las espeluznantes visitas, y añadió que la huella digital hace que los asesinatos parezcan “bastante premeditados”.
El número de veces que Kohberger supuestamente vigiló la supuesta escena del crimen también es información útil para los criminólogos que estudian el caso.
“Los creadores de perfiles lo considerarían un delincuente muy organizado, que planificó todos los aspectos de los asesinatos”, declaró Yachmetz.
“Lo más probable es que pensara detenidamente el crimen, que visualizó el mejor método de entrada y la forma más rápida de escapar”, agregó.
Dejó atrás el arma del crimen
A pesar de su meticulosa planificación, los registros de detención de Kohberger afirman que dejó una prueba esencial, la “funda de cuero tostado” del arma homicida no identificada, en el lugar del crimen, donde la Policía la descubrió cerca del cuerpo de Mogen.
“Cometió un error de aficionado”, dijo Yachmetz, que planteó la hipótesis de que Kohberger dejó el objeto porque “tuvo que utilizar el cuchillo antes de lo que pensaba que iba a necesitar” o porque le alarmaron los gritos de las víctimas.
“Es posible que Kohberger entrara en pánico y se encontrara en un estado de excitación de algún tipo durante el asesinato”, postuló Yachmetz.
“Como resultado, su atención a los detalles pudo haber disminuido, lo que le hizo cometer errores”.
Seguimiento de sus movimientos
Aunque los informes iniciales indicaban que los apuñalamientos se produjeron sobre las 3:00 de la madrugada, las autoridades dicen ahora que Goncalves, Mogen, Kernodle y Chapin fueron asesinados entre las 4:00 y las 4:30 a. m. Otros dos compañeros de casa, Dylan Mortensen y Bethany Funke, resultaron ilesos, y la Policía señaló, en la declaración jurada, que Mortensen vio a un desconocido salir de la casa alrededor de las 4:17 a. m..
Los datos del móvil indican que Kohberger apagó su teléfono durante el periodo de tiempo en que se produjeron los asesinatos, pero los registros muestran que su teléfono emitió un ping en Pullman, donde vivía estudiando en la Universidad Estatal de Washington, sobre las 2:47 a. m., y luego permaneció en silencio hasta alrededor de las 4:48 a. m., solo 18 minutos después de que la Policía cree que se produjeron los asesinatos.
El teléfono de Kohberger le situó en la autopista justo al sur de Moscú, poco antes de las 5:00 a. m., en dirección oeste de vuelta a Pullman. Fue localizado yendo al norte hacia su apartamento alrededor de las 5:30 a. m.
Volviendo a la escena
En un hecho especialmente escalofriante, los registros del teléfono móvil también muestran que Kohberger dejó el teléfono encendido cuando volvió a salir de su apartamento de Pullman sobre las 9:00 de la mañana del 13 de noviembre y viajó de vuelta a Moscú.
Poco después, entre las 9:12 y las 9:21 a. m., su dispositivo sonó en la zona de la casa de King Road. Su parada en el barrio se produjo horas antes de que los compañeros de piso llamaran al 911 y se alertara al público del espantoso crimen.
Las autoridades creen ahora que Kohberger podría haber regresado a la escena del crimen para admirar su horripilante obra.
“Probablemente se dio cuenta de que no tenía la funda”, explicó Yachmetz, refiriéndose a la funda del cuchillo abandonada en el lugar del crimen.
“Muchos de estos individuos también quieren volver a la escena del crimen y ver cuáles son las reacciones a lo que hicieron horas antes”, continuó.
“Quieren ver a la Policía, ver a los primeros intervinientes, para gratificarse con lo que hicieron”.