El doctor Marc Siegel es profesor clínico de medicina y director médico de Doctor Radio en NYU Langone Health y analista médico de Fox News, manifestó que le preocupa la situación cognitiva del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.
“Aunque nunca he examinado al presidente Joe Biden ni he leído su historial médico completo, sin embargo, como internista que trata a muchos pacientes de edad avanzada, tengo motivos para estar preocupado. ¿Cuál es exactamente su nivel de función cognitiva?”, se cuestiona Siegel en The New York Post.
De acuerdo con el galeno, lo más preocupante es el área de la función ejecutiva, la cual incluye la capacidad de planificar, prestar atención a los detalles, realizar tareas, concentrarse en información detallada y, sobre todo, tomar decisiones. No hace falta decir que el presidente, como jefe ejecutivo de este país, debe tener un nivel muy alto de función ejecutiva.
En ese sentido, el médico señala que la mejor manera de abordar los aparentes múltiples lapsos de memoria y períodos de desorientación de Biden es no especular basándose únicamente en los videos, sino “exigir plena divulgación y transparencia, especialmente de un presidente de casi 80 años con un importante historial médico”.
Asimismo, Marc Siegel agregó que los candidatos a presidencia que sean de edad avanzada deben dejar constancia de su historial clínico para saber su estado de salud.
“Si decide volver a presentarse, he dejado constancia de que exijo plena transparencia en materia de salud a todos los candidatos a cargos superiores, desde que John McCain tenía 71 años y se presentaba a las elecciones presidenciales de 2008. Lo llamé ‘el protocolo McCain’ en 2016, cuando tanto Donald Trump como Hillary Clinton tenían más de 70 años y se presentaban a la presidencia”, señaló.
Seguido de ello, el médico dijo que prefiere que Biden se someta a una prueba neuropsiquiátrica cognitiva en este momento, al igual que Trump se sometió a la Evaluación Cognitiva de Montreal, cuando estaba en el cargo y publicó los resultados.
En consecuencia, contó que hay precedentes sustanciales de presidentes enfermos que ocultan sus dolencias al público, desde el grave caso de gripe española de Woodrow Wilson y el posterior derrame cerebral hasta la insuficiencia cardíaca de Franklin Roosevelt, pasando por el alcance de la enfermedad cardíaca de Dwight Eisenhower y la enfermedad de Addison de John Kennedy, todo ello mientras seguía en el cargo.
“Hay razones para hacer una pausa antes de exigir que un presidente en ejercicio revele su estado de salud por miedo a enviar un mensaje de debilidad, más de lo que Biden ya está haciendo con su comportamiento errático”. Cabe destacar que en los Estados Unidos los exámenes físicos anuales de los presidentes son ahora una rutina, y llega un punto en el que el deterioro es lo suficientemente importante como para que el impacto de la enfermedad sea más peligroso que la necesidad de presentar una cara fuerte.
“Hay razones para estar preocupados por lo que sabemos. El otoño pasado, el médico del presidente, el Dr. Kevin O’Connor, publicó una carta en la que resumía su último examen físico. Lo más preocupante era el informe de que su marcha se había agarrotado significativamente durante el año anterior. Esto se atribuyó a la artritis degenerativa, pero no había ninguna resonancia magnética, ni prueba cognitiva, ni evaluación de un neurólogo”, indicó.
En dicho sentido, el doctor dijo que esta carta era tranquilizadora, ya que afirmaba que no había pruebas de la enfermedad de Parkinson o de un accidente cerebrovascular, faltaban muchos detalles, y de hecho la rigidez de la marcha puede estar asociada a múltiples afecciones (como el daño de la materia blanca o la hidrocefalia de presión normal) que causan deterioro cognitivo. Con la proximidad de otro examen físico presidencial, es hora de incluir un examen cognitivo completo.
Historia médica de Joe Biden
En 1988, Biden fue sometido a una intervención quirúrgica de dos aneurismas cerebrales y sufrió una hemorragia cerebral, y la literatura médica ha demostrado que ambas cosas conllevan un riesgo de deterioro cognitivo a largo plazo. Y no solo eso, sino que la fibrilación auricular, una arritmia que el presidente padece desde hace más de una década, también está asociada a problemas cognitivos y a daños silenciosos en el cerebro, según el reciente estudio Swiss Atrial Fibrillation Cohort.
Recientemente, el presidente sobrevivió a la Covid, y aunque no pareció sufrir complicaciones posteriores a la misma, sigue existiendo un riesgo significativo de que exacerbe los problemas neurológicos preexistentes, si es que existen.
El mero hecho de tener más de 75 años conlleva un mayor riesgo de deterioro cognitivo de al menos el 20%.
Sin duda, el presidente debería someterse a una prueba cognitiva si decide volver a presentarse y los resultados deberían darse a conocer en ese momento, si no antes. Añada una resonancia magnética y una evaluación neurológica formal por si acaso.