El sospechoso del ataque contra el esposo de la congresista demócrata Nancy Pelosi fue acusado de agresión e intento de secuestro, anunció este lunes el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
David Depape irrumpió en la madrugada del viernes en la residencia de los Pelosi en San Francisco en busca de la titular de la Cámara de Representantes y segunda en la sucesión presidencial, que se encontraba en Washington DC. Al no estar en el lugar, atacó a su esposo Paul con un martillo, según las autoridades.
Ese despacho señaló que el atacante llevaba consigo cinta, cuerda y otros materiales, lo que indica que tenía la intención de atar a la legisladora, aunque solo encontró a su esposo de 82 años, quien fue hospitalizado y sometido a cirugía tras sufrir una fractura de cráneo.
El hombre será procesado por “intento de secuestro contra un funcionario estadounidense por el desempeño de funciones oficiales”, según la Oficina del Fiscal Federal para el Distrito Norte de California. Ese cargo se relaciona con Nancy Pelosi y tiene un máximo de 20 años de prisión.
También fue acusado de un cargo de “agresión a un familiar inmediato de un funcionario estadounidense con la intención de tomar represalias contra el funcionario”.
Ese cargo se relaciona con un delito presuntamente cometido contra Paul Pelosi y contempla una sentencia máxima de 30 años de prisión.
Los cargos federales contra DePape se suman a los cargos estatales que también se espera que se anuncien esta semana.
Se informó la cadena CNN, los investigadores escucharon la versión de Paul Pelosi este fin de semana en el hospital, y que pudo proporcionar detalles del ataque, de acuerdo con dos fuentes policiales y una fuente cercanas al proceso.
Indicó que entre quienes realizaron la entrevista se encontraban investigadores del FBI y de las fuerzas policiales locales.
Pelosi “desconsolada y traumatizada” por el ataque
En una primera reacción, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, aseguró que ella y su familia estaban “desconsolados y traumatizados” por el violento ataque.
“Nuestros hijos y nietos, y yo, estamos desconsolados y traumatizados por el ataque que amenazó la vida de nuestro Pop”, expresó en una carta publicada en Twitter.
Agregó: “tenga en cuenta que las oraciones y los cálidos deseos de tantos son un consuelo para nuestra familia y están ayudando a Paul a progresar en su recuperación. Estamos agradecidos por la rápida respuesta de las fuerzas del orden y los servicios de emergencia, y por la atención médica que está recibiendo para salvarle la vida”.
El jefe de la policía de San Francisco, Bill Scott, señaló que al llegar al lugar de los hechos, los “agentes observaron que el señor Pelosi y un sospechoso sostenían ambos un martillo. El sospechoso apartó el martillo del señor Pelosi y le agredió violentamente con él provocándole heridas en el cráneo y el cuerpo”
Aunque afirmó en un comienzo que no podía revelar aún las supuestas motivaciones del crimen, pero enfatizó que “no fue un acto al azar. Esto fue intencional (...) Todo el mundo debería estar disgustado por lo que pasó esta mañana”.
Al rechazar el ataque, el presidente Joe Biden volvió a denunciar la creciente polarización política.
“No puedes condenar la violencia a menos que condenes a esas personas que siguen diciendo que las elecciones no fueron reales, que fueron robadas. Todas esas patrañas que han sacado para socavar la democracia”, dijo Biden.
“Ese discurso produce violencia”, añadió.
Trump se refiere al caso
Por su parte, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, rechazó lo que llamó “terrible” ataque, al tiempo que aprovechó la ocasión para acusar a los demócratas de instaurar la inseguridad en las ciudades que gobiernan.
“Mira lo que pasó en San Francisco, en general. Mira lo que le está pasando a Chicago. Está siendo peor que en Afganistán”, señaló el exmandatario durante una entrevista para Americano Media, un medio de comunicación conservador estadounidense dirigido al público hispano.
Abogó por “devolverle a la Policía su dignidad y su respeto”, a la par que denunció que a los agentes críticos con la situación del Cuerpo se les castiga de forma desmesurada. “Si un oficial de Policía dice algo que está un poco fuera de lugar, es como el final de su vida”, señaló.
“No podemos hacer eso. Tenemos que devolverle a la Policía su autoridad, su poder y su respeto”, advirtió Trump, quien aseguró que Estados Unidos es un país “fuera de control”.
*Con información de AFP y Europa Press.