En medio de la tensión mundial que vive el planeta por la invasión de Rusia a Ucrania y el respaldo de Estados Unidos a la nación de Volodímir Zelenski, el país americano está a punto de recibir su nueva flota de bombarderos.
Se trata del Northrop Grumman B-21 Raider, un avión que, según su fabricante, busca “hacer indetectable lo detectable”, eslogan con el que la casa productora lo ha identificado.
La propia Northrop Grumman, responsable de la creación, ha anunciado que el 2 de diciembre por fin dará a conocer este poderoso artefacto que dejará a Estados Unidos muy bien parado en un terreno que conoce muy bien y en el que siempre ha tenido los mejores artefactos para defender su soberanía.
Una de las condiciones de este B-21 es que tiene capacidades para combinar armamento convencional con arsenal nuclear, lo que lo pone en la mira de las naciones enemigas del país del Tío Sam. Pero la aeronave va más allá, y ha sido pensada para operaciones de largo aliento en cualquier parte del planeta.
Con esta nueva adquisición Estados Unidos planea ir renovando, de a poco, su flota y jubilar a sus poderosos B1 Lancer y B-2 Spirit; además, busca potenciar sus misiones apoyando las versiones repotenciadas y mejoradas de los clásicos B-52.
“El B-21 proporcionará el tipo de carga útil, alcance y penetrabilidad que nuestra fuerza actual de B-1, B-52 y, en menor medida, B-12, no puede lograr”, señaló el teniente general retirado de la Air Force, David Deptula, en información recogida por el portal especializado en tecnología Xataca.com.
La compañía Northrop considera que del total de la flota de aviones de combate de Estados Unidos, solo el 10 % está en capacidad de burlar los sistemas de defensa de ejércitos igual de poderosos y la base con la que cuenta en el pacífico, le ayudaría a reducir los tiempos de respuesta ante un eventual ataque de China.
“Dado que ellos han seguido invirtiendo de forma considerable en sofisticadas tecnologías y plataformas de armamento que les permiten actuar maliciosamente o extender su alcance, un nuevo bombardero es fundamental para disuadir a los adversarios potenciales”, señaló la compañía encargada de producir los nuevos bombardeos norteamericanos.
Desde el otro lado, han indicado que la llegada de estos nuevos aviones a las fuerzas militares estadounidenses, significan para China “nuevas amenazas y desafíos para la defensa nacional”, según Yue Gang, coronel retirado del Ejército Popular de Liberación chino (EPL).
Una aeronave que cambia la historia militar de Estados Unidos
El último gran lanzamiento de un bombardero hecho por Estados Unidos fue en la Guerra Fría, cuando en 1988 las fuerzas norteamericanas mostraron al mundo el poderoso B-1 Spirit, lo que hace mucha más llamativa la presentación en sociedad del B-21 Raider.
Según la información de la misma compañía, el país del norte tendría entre sus planes hacerse a una poderosa flota de 100 aeronaves, cuya primera entrega sería sobre 2025; sin embargo, el camino parece estar avanzado y los productores han comunicado tener, al menos, una docena de estos nuevos bombarderos en la recta final de su ensamblaje, por lo que su primer vuelo podría darse en 2024.
Ante este avance con el que Estados Unidos alardea, Pekín también ha sacado a relucir los trabajos para mejorar su flota de aviones, aunque de una forma mucho más discreta, pues hace poco, desde China, se conocieron noticias de su poderoso bombardero “invisible”, el Xian H-20 que podría medirse de tú a tú con el nuevo y superpoderosos B-21 que llegará a las fuerzas estadounidenses.