Este lunes, 29 de agosto, la Casa Blanca ha lanzado la propuesta de realizar un “cierre controlado” de la central nuclear de Zaporiyia, la cual está ubicada en el sur de Ucrania y controlada por el ejército de Rusia, con el propósito de evitar un accidente atómico.
Esta posición del Gobierno de Estados Unidos, se da con el envío a la zona de una misión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Asimismo, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, ha manifestado que Rusia ha “militarizado” la mayor central nuclear de Europa.
“Seguimos creyendo que un cierre controlado de los reactores sería la opción más segura y menos peligrosa a corto plazo”, aseveró el funcionario. Además, aplaudió el inicio de la misión internacional que está llamada a supervisar la situación.
De igual manera, Kirby ha manifestado en rueda de prensa que también ha destacado la evolución del frente militar, manifestando que las fuerzas ucranianas tienen ahora una “buena oportunidad” de recuperar el terreno a tal punto que las fuerzas ucranianas iniciaran una contraofensiva en la zona de Jersón.
Por ahora no se sabe el alcance exacto de las nuevas operaciones de Ucrania, pero la Casa Blanca aseguró que Rusia ya ha tenido que mover recursos desde la zona este de Ucrania hacia la parte meridional, ante el temor a perder de lo conquistado en estos últimos meses.
“Desde un punto de vista estratégico, (la ofensiva ucraniana) ya ha tenido un efecto en las capacidades militares rusas dentro de Ucrania”, aseveró Kirby.
Volodímir Zelenski acusa a Rusia de convertir a Zaporiyia en un “campo de batalla”
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró que Rusia está convirtiendo la central nuclear de Zaporiyia en un “campo de batalla” con el objetivo de “intimidar a Ucrania y al conjunto de Europa con un potencial desastre atómico equiparable al de Chernóbil.
El mandatario, quien intervino en un foro en Noruega de forma telemática, advirtió que Rusia ha visto en el control de la central una “oportunidad” para el “chantaje”, término que el presidente ucraniano ha utilizado en reiteradas ocasiones para describir el control que las fuerzas rusas ejercen sobre la planta desde principios de marzo.
Para Zelenski, “no es normal” que todavía no se hayan adoptado sanciones contra el operador nuclear ruso, Rosatom, ni que tampoco se hayan buscado otras vías de presión a Moscú, como mayores restricciones para la concesión de visados, por ejemplo, limitando la entrada en el espacio Schengen por razones turísticas.
“Estamos viendo que, por primera vez desde 1986, cuando ocurrió la tragedia de Chernóbil, tenemos que plantearnos seriamente la posibilidad de hacer frente a un desastre radioactivo que cada está más cerca”, señaló.
Consideró que Rusia tiene una estrategia más amplia para crear todo tipo de “crisis”, también en el ámbito energético e hizo eco de las informaciones que apuntan a que estaría quemando gas cerca de la frontera de Finlandia, por valor de unos 10 millones de euros diarios.
“Rusia quiere que Europa no preste atención a la guerra y, con este objetivo, va a provocar un caos interno en Europa”, señaló el mandatario ucraniano.
Instó a los gobiernos del continente a seguir dando pasos para eliminar la dependencia de la energía rusa y ofreció las reservas de Ucrania para garantizar la seguridad energética continental.
Entre tanto, los habitantes cercanos a la central nuclear se preparan para lo peor. Este lunes, al recibir sus pastillas de yodo, algunos ya se imaginan la explosión de los reactores.
“Ya sabe, tuvimos el accidente de Chernóbil, la amenaza ya era muy grande, pero sobrevivimos, gracias a Dios. Hoy, la amenaza es total, del 100 %”, aseguró Kateryna, una jubilada de 68 años que aún sufre problemas de tiroides tras el desastre de 1986.
Añadió que son “seis reactores en lugar de uno”, al referirse a la capacidad de la planta de Zaporiyia, en comparación con el único reactor que se dañó en la catástrofe de Chernóbil, que sigue en mente de todos.
*Con información de Europa Press y AFP.
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