Este lunes 29 de agosto se conoció una heroica historia de un hijo con su madre en el condado de Kingston, en el estado de Oklahoma, al salvarle la vida mientras descansaba en una piscina.
En ese sentido, Gavin Keeney y su madre Lori pasaban un día de verano en la piscina que tienen en su casa cuando de repente la mujer sufrió un trastorno de salud al momento de saltar a la piscina. Allí, en ese preciso momento, sufrió una convulsión.
Su hijo Gavin, quien se encontraba fuera de la piscina y al ver lo que estaba sucediendo con su madre, no dudó en lanzarse para rescatarla. Un acto heroico para un niño de solo 10 años, quien logró controlar sus emociones al ver que su mamá estaba a punto de morir.
“Me asusté más que nunca, no había tenido tanto miedo antes”, contó la mujer.
Tras esta escena y el ruido que esta despertó en dicha parte de la casa, el padre de Lori corrió para socorrerla, arrojándose también a la piscina para ayudar a su nieto e hija.
Por otra parte, el Departamento de Policía de Kingston le otorgó un premio a Gavin por su valentía para rescatar a su progenitora.
En Nueva York alertan sobre ‘juego’ para noquear a desconocidos en las calles
Durante los ocho meses del año, la Policía de Nueva York ha registrado al menos 20 incidentes de un reto viral, que está poniendo en riesgo la vida de los ciudadanos. Se trata del juego del KO o del ‘knockout’, mismo que consiste en golpear sin previo aviso ni consentimiento a desconocidos en medio de las calles de la ciudad.
Entre las víctimas de este reto, un hombre que casi muere en el Bronx, así como una mujer de 74 años de edad, entre otras personas que se han visto afectadas por los puñetazos de jóvenes que se atreven a desafiar a la justicia y hacer daño a desconocidos sin motivo aparente.
“El ‘knockout game’ ha vuelto. El ataque a los neoyorquinos es muy real. Tenemos que tener la cabeza bien puesta... No son solo los enfermos mentales los que cometen estas agresiones. Hay individuos enfadados, aburridos y descarados, que saben que no van a ser perseguidos”, explicó para el New York Post, Michael Alcazar, quien es un detective retirado, recordando que hace más de 20 años, en 1992, también estuvo de moda el mismo reto e incluso tendría su primera aparición en ese año.
Según explicó, este tipo de agresiones estarían quedando impunes, debido a las dificultades para probar los hechos, así como a la identificación de los agresores. Según indicó el medio mencionado, hacen falta castigos contra la práctica, lo que podría motivar a que otros más se sumen al “juego”.
“Si la persona está mentalmente enferma, entra en observación y la deja salir, y si no está mentalmente enferma, la deja salir aún más rápido... No hay consistencia de castigo o consistencia de tratamiento para las personas que participan en esta actividad. Lo que me preocupa es el problema de la imitación. La gente lo ve, ve que no les pasa nada a las personas que lo están haciendo, y puede sentirse tentado a hacerlo”, explicó Bill Bratton, excomisionado de la Policía de Nueva York para el New York Post.