Días de angustia han transcurrido para la familia Pardo, habitante del municipio de El Rosal, en Cundinamarca (Colombia,) luego de que el pasado 4 de septiembre conocieran la triste del deceso de uno de sus hijos, Juan Carlos, quien meses atrás había partido hacia Estados Unidos en busca de un trabajo que le permitiera estabilidad para responder por su hija y brindar ayuda a sus padres, y quien falleció en medio de un paseo con amigos cuando la corriente del río Delaware terminó por causarle la muerte.

Aunque inicialmente la familia Pardo había buscado la ayuda de las entidades oficiales para conseguir repatriar el cuerpo del joven de 25 años, debido a los altos costos del trámite, también habían tenido que recurrir a la solidaridad de amigos y donantes, para recoger la suma de 7.000 dólares, que cuesta el traslado de su ser querido, con el objeto de efectuar su sepelio en nuestro país.

Ahora, a través de un comunicado dirigido a los medios de comunicación, y a las personas de buen corazón que les brindaron una mano amiga en medio de su dolor, la familia Pardo, confirmó que ya logró recaudar la suma requerida, extendiendo un mensaje de agradecimiento y explicaron que han comenzado una nueva etapa en los trámites para volver a tener el cuerpo de Juan Carlos, el cual permanece en la localidad de Eanston, Pensilvania, Estados Unidos, mientras la familia agota ahora trámites burocráticos para el traslado.

“Queremos agradecer primeramente a Dios, amigos, familiares, rosalunos, a todos los medios de comunicación y sus periodistas, quienes hicieron posible que todos ustedes conocieran nuestro caso y a cada persona que desde cada rincón del mundo nos colaboró con recursos”, reza el comunicado firmado por Édgar y Myriam, los padres del joven fallecido, quienes ahora admiten que la funeraria que se hizo cargo de los despojos mortales se encuentra finiquitando los últimos requisitos para el envío del féretro de su hijo.

Familiares emprenden desesperada colecta para recoger 7.000 dólares que les permitan repatriar el cuerpo de su ser querido. | Foto: Cortesía familia Pardo

La tragedia tocó a la puerta de los Pardo

Según detallan medios locales de Estados Unidos, la muerte del joven colombiano ocurrió el pasado 4 de septiembre cuando departía con un grupo de amigos al interior de las aguas del río Delaware, donde, sin percatarse de los peligros de los remolinos que allí se presentan, sufrió un percance del cual no logró sobreponerse, siendo arrastrado por las aguas hacia las profundidades del río.

Aunque sus amigos intentaron socorrerlo, incluso solicitando el apoyo de miembros de los cuerpos de emergencia, el cuerpo del colombiano pudo ser rescatado 50 minutos después, falleciendo a causa de ahogo.

Medios locales de Estados Unidos recogen sobre el particular el testimonio de Stan Brown, subjefe de la estación de rescate acuático 72 de Pensilvania, quien señaló que al momento de atender a la emergencia, pudieron evidenciar que había tres personas al interior del cauce del río, dos de las cuales se encontraban en la superficie, mientras que una tercera yacía en las profundidades.

El experto en rescates precisó sobre el peligro de las aguas del río Delaware, afirmando que estas no son aptas para nadar, a menos de que se porte un chaleco salvavidas, medida de prevención con la que no contaba el fallecido.

Autoridades locales en Pensilvania señalaron que casos como el de Pardo son frecuentes en los afluentes hídricos del estado, más aún cuando los bañistas no toman las precauciones necesarias, refiriendo a su vez que esta clase de sucesos son más comunes en los tiempos de verano.

Según los familiares, el hombre murió haciendo lo que más le gustaba: disfrutar de la naturaleza.