El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama y su esposa, Michelle Obama, regresaron este miércoles a la Casa Blanca, con el objetivo de mostrar por primera vez sus retratos oficiales.
Esta tradición se perdió durante el periodo de gobierno del expresidente Donald Trump, pero que se recuperó con el presidente Joe Biden en el Despacho Oval.
El jefe de Estado, manifestó “Barack, Michelle, bienvenidos a casa”, recordando su periodo como vicepresidente en los ochos años de mandato de Obama y donde siempre se han mostrado cómplices, especialmente en las elecciones a la Presidencia en 2020.
Cabe mencionar que la Asociación Histórica de la Casa Blanca facilita desde 1965 la adquisición de los retratos presidenciales. Asimismo, la elección de sus autores recae en los propios protagonistas y se mantiene en secreto hasta las ceremonias oficiales. Por ejemplo, Barack eligió al pintor Robert McCurdy y Michelle a Sharon Sprung.
Del mismo modo, ambos se mostraron satisfechos y Obama ha explicado que su anhelo es alejarse del “estatus mítico” que a menudo se le confiere a los mandatarios a la hora de retratarlos para la posteridad. “Lo que quiero que recuerden de Michelle y de mí es que los presidentes y las primeras damas son seres humanos como todos los demás”, indicó el expresidente.
Si bien Michelle Obama no se refirió al expresidente Trump por la negativa en su mandato de estas simbólicas ceremonias, sí aseguró que se deben defender las tradiciones y el traspaso “pacífico” de poderes.
Por ahora queda a la espera si el presidente Biden brindará el mismo trato a Trump. Lo que se sabe hasta el momento es que la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, emplazó el pasado martes a consultar ese tipo de dudas a la Asociación Histórica de la Casa Blanca.
FBI encontró información nuclear en la residencia de Donald Trump
Uno de los documentos ultrasecretos incautados por el FBI en la residencia del expresidente estadounidense Donald Trump describía las capacidades nucleares y defensa militar de una potencia extranjera, reportó el martes el diario The Washington Post.
El periódico, que cita fuentes anónimas cercanas al caso, señala que algunos de los documentos hallados en la mansión de Trump en Mar-a-Lago, Florida, tenían una reserva de confidencialidad tan alta que solo el presidente y funcionarios del gabinete o cercanos a él podrían autorizar a otros miembros del Gobierno para acceder a ellos.
El informe no mencionaba el país cuya defensa y capacidad nuclear eran citadas en los documentos.
Una lista detallada de lo incautado también mostró que Trump retuvo más de 11.000 registros gubernamentales no clasificados que, según él, son suyos, pero que legalmente pertenecen a los Archivos Nacionales.
Según el diario, contenidos como esos requerían permisos especiales sobre la base de que exista la necesidad de conocerlos, en lugar de una autorización genérica con la etiqueta de ultrasecreto.
Trump enfrenta una creciente presión legal. El Departamento de Justicia sostiene que esos documentos ultrasecretos “probablemente se ocultaron” para obstruir una investigación del FBI sobre el posible mal manejo de materiales clasificados por parte del expresidente.
Cuando los agentes registraron la mansión de Mar-a-Lago, encontraron material tan delicado que “incluso el personal de contraespionaje del FBI y los abogados del Departamento de Justicia que realizaban la revisión requirieron autorizaciones adicionales antes de que se les permitiera revisar ciertos documentos”, señaló un expediente judicial del Gobierno.
El allanamiento del FBI en agosto se produjo después de una revisión de registros “altamente clasificados” que Trump finalmente entregó a las autoridades en enero, tras meses de idas y vueltas con la Administración Nacional de Archivos y Registros.
Se descubrió que las 15 cajas requisadas de la casa del expresidente contenían 184 documentos marcados como confidenciales, secretos o ultrasecretos. Después de recibir indicaciones del FBI, el abogado de Trump entregó 38 documentos clasificados adicionales y proporcionó una declaración jurada de que representaban lo último del material.
Sin embargo, el FBI descubrió “múltiples fuentes de evidencia” que prueban que los documentos clasificados permanecieron en Mar-a-Lago.
*Con información de Europa Press y la AFP.