Un fiscal de Estados Unidos dijo el martes que dos policías blancos implicados en la muerte de un hombre negro en Atlanta en 2020 no enfrentarán cargos, mientras en otro caso una exdetective se declaró culpable de “información falsa”, la cual condujo a la muerte de una mujer negra en un allanamiento.
El director ejecutivo del Consejo de Fiscales de Georgia, Pete Skandalakis, informó que, tras revisar la evidencia, los cargos contra dos oficiales por la muerte de Rayshard Brooks, de 27 años, no estaban justificados.
Brooks murió por disparos de la Policía el 12 de junio de 2020 afuera de un restaurante de comida rápida en Atlanta, luego de un altercado con los policías Garrett Rolfe y Devin Brosnan. Rolfe y Brosnan respondían a un reporte sobre un hombre que dormía en un vehículo en la línea de autoservicio del restaurante de comida rápida Wendy’s.
Tras un intercambio entre los oficiales y Brooks, que comenzó de manera pacífica, los policías realizaron al hombre un test de alcohol que resultó positivo y procedieron al arresto.
Tras un breve forcejeo, el hombre huyó con el taser de uno de los policías y les disparó mientras corría. Rolfe le disparó dos veces por la espalda. “Dado el rápido cambio de las circunstancias, ¿era objetivamente razonable que él (Rolfe) usara fuerza letal?”, dijo Skandalakis antes de afirmar: “Concluimos que lo fue”.
“Este es un caso en el que los oficiales estaban queriendo dar al señor Brooks el beneficio de la duda”, agregó, pero “desafortunadamente, por sus acciones, esto fue lo que pasó”. Skandalakis dijo entonces que los cargos contra los dos oficiales quedaban desestimados.
Información falsa
En otro caso de alto perfil, una exdetective se declaró culpable este martes de proporcionar información falsa para obtener una orden de registro de la vivienda de Breonna Taylor, una mujer negra que resultó asesinada por un oficial de policía durante la ejecución del allanamiento.
Kelly Goodlett, exdetective de la Policía, admitió que conspiró con otro de sus colegas para “falsificar una declaración jurada para registrar la casa de Taylor”, en Louisville, Kentucky, y luego para encubrir el delito con “falsas declaraciones”, según el acuerdo de culpabilidad.
La mujer se enfrenta a cinco años en prisión, a una multa de 250.000 dólares y a tres años de libertad condicional, de acuerdo con el documento.
Goodlett y otros dos oficiales enfrentan cargos federales por falsificar la orden, mientras un cuarto uniformado fue imputado por uso excesivo de la fuerza al abrir fuego durante el allanamiento, que se hacía en el marco de un caso de narcotráfico contra el exnovio de Taylor.
Taylor, de 26 años, y su novio Kenneth Walker estaban durmiendo en el apartamento de ella cuando hacia la medianoche del 13 de marzo de 2020 escucharon ruidos en la puerta.
Walker, creyendo que se trataba de un robo, disparó su arma e hirió a un oficial. La Policía, que había obtenido una controvertida orden “sin tocar a la puerta” (no-knock) para registrar la vivienda, respondió con más 30 disparos e hirió de muerte a Taylor.
Walker aseguró que los policías derribaron la puerta sin anunciarse, mientras los oficiales insistieron en que sí se identificaron.
Las muertes en 2020 de Taylor y de George Floyd, un hombre negro que fue asesinado por un policía blanco en Minneapolis, se convirtió en el foco de una ola de protestas en Estados Unidos contra la injusticia racial y la brutalidad policial.
*Con información de la AFP.