Una investigación independiente sobre las denuncias de mala conducta en el fútbol femenino de Estados Unidos encontró abuso “sistémico” y mala conducta sexual, según un informe publicado este lunes.
La investigación realizada por la exfiscal general de Estados Unidos Sally Yates y el bufete de abogados King & Spalding descubrió abuso verbal y emocional y conducta sexual inapropiada, incluido un patrón de “comentarios con carga sexual, insinuaciones sexuales no deseadas y contacto sexual coercitivo”.
El informe de 172 páginas incluyó entrevistas con más de 200 jugadoras de la Liga Nacional Femenina de Fútbol (muchas de ellas integrantes de selecciones nacionales de EE. UU.) y de fórmulas de abuso por parte de los entrenadores, manipulación y represalias para quienes presentaron problemas.
“Nuestra investigación ha revelado una liga en la que el abuso y la mala conducta -el abuso verbal y emocional y la mala conducta sexual- se habían convertido en algo sistemático, que abarcaba múltiples equipos, entrenadores y víctimas”, escribió Yates en el resumen del informe.
Los abusos en la liga de fútbol femenino de Estados Unidos tienen sus raíces en “una cultura más profunda” que “normaliza los abusos verbales de los entrenadores y difumina los límites entre estos y las jugadoras”.
La investigación se inició tras un informe de 2021 de The Athletic sobre el comportamiento abusivo y conductas sexuales inapropiadas del exentrenador de los Portland Thorns, Paul Riley, quien no sufrió medidas severas tras las denuncias.
Informe desgarrador
El informe encontró que los equipos, los funcionarios de la liga y la Federación de Fútbol de Estados Unidos “repetidamente no respondieron de forma adecuada cuando se enfrentaron a informes de jugadores y evidencia de abuso” y “no instituyeron medidas básicas para prevenirlo y abordarlo, incluso cuando algunos líderes reconocieron en privado la necesidad para la protección del lugar de trabajo”.
Eso permitió que el entrenador abusivo pasara de un club a otro con comentarios positivos que ocultaban la mala conducta.
Integrantes de la Federación de Fútbol de EE. UU. (USSF) y de la Liga Nacional de fútbol femenino (NWSL) en condiciones de corregir el problema “permanecieron en silencio”, dijo el informe. “Y nadie en los equipos, la liga o la federación exigió algo mejor de los entrenadores”.
La presidenta de la USSF, Cindy Parlow Cone, exjugadora de la selección nacional femenina de Estados Unidos que asumió el cargo en 2020 y lanzó la investigación hace un año, dijo que ya se están tomando medidas para evitar que tales violaciones vuelvan a ocurrir.
“Los hallazgos de esta investigación son desgarradores y profundamente preocupantes”, dijo Cone, quien añadió que “el abuso descrito es imperdonable y no tiene lugar en ningún campo de juego, en ningún centro de entrenamiento o lugar de trabajo.
“US Soccer está totalmente comprometido a hacer todo lo que esté a su alcance para garantizar que todos los jugadores, en todos los niveles, tengan un lugar seguro y respetuoso para aprender, crecer y competir”.
Las iniciativas de US Soccer incluyen sistemas en línea y de texto para informar incidentes, verificación más estricta de entrenadores y árbitros y verificación de antecedentes.
“US Soccer y toda la comunidad del fútbol tienen que hacerlo mejor”, dijo Cone. “Tengo fe en que podemos usar este informe y sus recomendaciones como un punto de inflexión crítico para todas las organizaciones encargadas de garantizar la seguridad de los jugadores”, reiteró.
Se establecerá una nueva oficina de seguridad de los participantes para abordar los hallazgos y actuar sobre las recomendaciones.
“Estamos tomando las medidas inmediatas que podemos hoy”, añadió Cone. “Podemos crear un cambio significativo y duradero en todo el ecosistema del fútbol”, dijo.