La cadena de televisión estadounidense CBS, propiedad del grupo Paramount, y el que fuera su director ejecutivo Leslie Moonves tendrán que pagar 30,5 millones de dólares tras llegar a un acuerdo con la justicia de Nueva York por tapar acusaciones de acoso y agresión sexual.

“Según los términos del acuerdo de hoy, la CBS debe pagar 28 millones de dólares, de los cuales 22 millones serán devueltos a sus accionistas y 6 millones” para “reforzar la denuncia y la investigación de las demandas por acoso y agresión sexual”, anunció la fiscal general del Estado de Nueva York, Letitia James, en un comunicado.

Moonves, que fue destituido en septiembre de 2018 tras las acusaciones de abusos sexuales, deberá pagar 2,5 millones de dólares a los accionistas de CBS.

Según la fiscal, su investigación muestra que “la CBS y sus altos ejecutivos conocían las múltiples acusaciones de agresión sexual contra Moonves y ocultaron intencionadamente esas acusaciones a los reguladores, a los accionistas y al público durante meses”.

Moonves había sido acusado por 12 mujeres de acoso y agresión sexual en dos publicados en julio y septiembre de 2018 por la revista The New Yorker.

Otro alto ejecutivo de la empresa es acusado de usar información privilegiada, ya que “vendió millones de dólares en acciones de la CBS en las semanas previas a la publicación de las acusaciones”.

La fiscal acusa también a un capitán de la Policía de Los Ángeles de haber informado a un ejecutivo de la CBS en noviembre de 2017 de que una víctima acababa de presentar una denuncia contra Moonves.

La información fue supuestamente compartida con otros ejecutivos del canal.

“Nos complace resolver este asunto relativo a los acontecimientos de 2018 (...) sin admitir ninguna responsabilidad o delito”, reaccionó Paramount en un comunicado citado por varios medios estadounidenses.

Investigación reveló el deplorable panorama de abusos y agresiones sexuales en fútbol femenino de EE. UU.

Por otra parte, una investigación independiente sobre las denuncias de mala conducta en el fútbol femenino de Estados Unidos encontró abuso “sistémico” y mala conducta sexual, según un informe publicado este lunes.

La investigación realizada por la exfiscal general de Estados Unidos Sally Yates y el bufete de abogados King & Spalding descubrió abuso verbal y emocional y conducta sexual inapropiada, incluido un patrón de “comentarios con carga sexual, insinuaciones sexuales no deseadas y contacto sexual coercitivo”.

El informe, de 172 páginas, incluyó entrevistas con más de 200 jugadoras de la Liga Nacional Femenina de Fútbol (muchas de ellas integrantes de selecciones nacionales de EE. UU.) y de fórmulas de abuso por parte de los entrenadores, manipulación y represalias para quienes presentaron problemas.

“Nuestra investigación ha revelado una liga en la que el abuso y la mala conducta –el abuso verbal y emocional y la mala conducta sexual– se habían convertido en algo sistemático, que abarcaba múltiples equipos, entrenadores y víctimas”, escribió Yates en el resumen del informe.

Los abusos en la liga de fútbol femenino de Estados Unidos tienen sus raíces en “una cultura más profunda” que “normaliza los abusos verbales de los entrenadores y difumina los límites entre estos y las jugadoras”.

La investigación se inició tras un informe de 2021 de The Athletic sobre el comportamiento abusivo y conductas sexuales inapropiadas del exentrenador de los Portland Thorns, Paul Riley, quien no sufrió medidas severas tras las denuncias.

El informe encontró que los equipos, los funcionarios de la liga y la Federación de Fútbol de Estados Unidos “repetidamente no respondieron de forma adecuada cuando se enfrentaron a informes de jugadores y evidencia de abuso” y “no instituyeron medidas básicas para prevenirlo y abordarlo, incluso cuando algunos líderes reconocieron en privado la necesidad para la protección del lugar de trabajo”.

Eso permitió que el entrenador abusivo pasara de un club a otro con comentarios positivos que ocultaban la mala conducta.

Integrantes de la Federación de Fútbol de EE. UU. (USSF) y de la Liga Nacional de fútbol femenino (NWSL) en condiciones de corregir el problema “permanecieron en silencio”, dijo el informe. “Y nadie en los equipos, la liga o la federación exigió algo mejor de los entrenadores”.

*Con información de la AFP.