La decisión de Elon Musk de sacar a Twitter de la bolsa le permitirá realizar cambios importantes rápidamente, pero para eso tuvo que contraer grandes deudas, una elección riesgosa para una empresa que no es rentable.

Esta práctica es de larga data, y tiene algunos precedentes famosos, como el fabricante de computadoras Dell, que fue un éxito, o la tienda de juguetes Toys R Us, que fue un fracaso.

Pero el ejemplo de Twitter “es muy diferente de una compra tradicional” con salida del panel de cotizaciones, consideró Steve Kaplan, profesor de la universidad de Chicago. La mayoría de las veces, la salida de bolsa se produce con empresas que ganan dinero, explica el académico; pero Twitter lo pierde.

El negocio de Twitter claramente generó pérdidas en los primeros dos trimestres de 2022. La ecuación se verá más complicada por los créditos contraídos por Musk por 13 mil millones de dólares, que deberán ser reembolsados por la empresa y no por él.

Según un cálculo de medios de comunicación especializados en el tema, la firma de San Francisco deberá pagar poco menos de mil millones de dólares el primer año por concepto de intereses y capital, un monto muy elevado para un grupo cuya facturación alcanzó cinco mil millones de dólares en 2021.

“Habrá mucha presión para reducir costos y aumentar ingresos para que la empresa pueda honrar los vencimientos de deuda”, señaló Kaplan. En caso de imposibilidad, Musk deberá echar mano a su bolsillo como accionista principal, para evitar una quiebra.

El viernes 4 de noviembre, el empresario despidió alrededor de la mitad de los 7.500 empleados de Twitter. Además, busca nuevas fuentes de ingreso, en particular ofreciendo a los usuarios la posibilidad de suscripción por ocho dólares por mes. El desarrollo de Twitter como lo imagina el fundador de Tesla y SpaceX, requerirá de inversiones significativas y probablemente dinero fresco, más difícil de obtener, en teoría, por una empresa que no cotiza en bolsa.

“No creo que pueda endeudarse más”, considera Erik Gordon, profesor de la Ross School of Business de la universidad de Michigan. “La única forma es levantar capital. Normalmente, sería muy difícil. (...) Pero hay un factor Musk. Algunos trinos... y el dinero llega”, reflexionó.

Otra diferencia mayor en la adquisición de Twitter, según Gordon, es que “la mayoría de las transacciones de este tipo se realizan con un razonamiento financiero o industrial”, pero Musk “no lo tenía”. “Simplemente, estaba desconforme con la forma en la que Twitter trataba el tema de la libertad de expresión, pensaba que la empresa estaba mal gestionada, y que él puede hacerlo mejor”, argumentó.

En general, la salida del panel de la bolsa es el preludio de “cambios radicales” en una empresa, recuerda Sreedhar Bharath, profesor de la universidad de Arizona State. Y eso ocurre puertas adentro porque la firma en cuestión no debe ya comunicarlos públicamente.

“La empresa, además, se ve protegida por los castigos infligidos por los mercados financieros si no les gustan los cambios”, destaca. Wall Street “se concentra a veces de forma excesiva en los resultados trimestrales”; en cambio, con una empresa que no cotiza en bolsa “los directivos pueden priorizar objetivos de largo plazo”, añadió.

*Con Información de AFP.