El regreso a clases en las escuelas de Estados Unidos inicia el próximo 6 de septiembre y todas están tomando medidas para proteger a los estudiantes, debido a los tiroteos que se presentaron el último año, sobre todo el ocurrido en Uvalde, Texas.

Allí todavía la herida está abierta y los recuerdos de aquella masacre que cobró la vida de 19 alumnos y dos profesores retumban en la mente de ciudadanos, estudiantes y padres de familia. Es por eso que varios de ellos temen la vuelta a las aulas e incluso piensan en tomar las clases de manera virtual, ya que el miedo está apoderado de ellos.

“Mi hijo y mi hija no quieren ir a la escuela [...]. Yo hablé con mi hijo sobre todos los policías que iban a estar en la escuela, pero él me responde que los policías aunque estén ahí no van a entrar y si algo pasa van a estar asustados, y cuando escuchas a tu hijo decir tienes sentimientos encontrados”, dice Adán Martínez, padre de uno de los niños que sobrevivió a la masacre en entrevista con Telemundo.

Otros padres decidieron inscribir a sus hijos en otra escuela primaria cercana. Incluso acudieron a colegios privados cristianos, donde toca pagar la mensualidad. La razón, sus hijos estaban asustados por regresar a la escuela Robb.

“Piensa un poco lo que pasó en la Robb y no tiene miedo de ir allá (a la nueva escuela), eso sí, nunca va a parar de pensar en ese trágico día”, dijo Oscar Orona al mismo medio de comunicación.

Los padres de familia de los estudiantes que deben regresar a clases piden por lo menos que los policías y el jefe de ellos sea cambiado, debido a las falencias que presentaron a la hora de ingresar a la escuela para detener el tiroteo y los culpan de ser los principales responsables de que varios de los menores de edad perdieran la vida.

Relatos escalofriantes de niños sobrevivientes

Miah Cerrillo, de 11 años, logró sobrevivir a ese día. Para escapar de la atención de Salvador Ramos, la niña se cubrió con la sangre de un compañero, cuyo cadáver estaba junto a ella, dijo a la cadena CNN en un testimonio fuera de cámaras. Acababa de ver al atacante matar a su profesora después de decirle “buenas noches”.

Otro estudiante, Daniel, contó al periódico The Washington Post que mientras las víctimas esperaban a que la policía viniera a rescatarlos, nadie gritó. “Estaba asustado y estresado, porque las balas casi me pegan”, dijo.

Su maestra, que resultó herida, les susurró que “mantuvieran la calma” y se “quedaran quietos”. Una niña, también herida de bala, había pedido amablemente a su maestra que llamara a la policía, diciendo que “sangraba mucho”, relató Daniel, que ya no puede dormir solo y tiene pesadillas.

Los niños sobrevivientes “están traumatizados y tendrán que vivir con eso toda la vida”, subrayó su madre, Briana Ruiz. Samuel Salinas también dijo tener pesadillas en las que ve al tirador. La idea de volver a la escuela, o incluso volver a ver a los compañeros de clase, sigue siendo aterradora. “No tengo muchas ganas”, confesó, y añadió que quería “quedarse en casa” y “descansar”.